Por Juan R. Hernández
Tenemos la misma pobreza en los últimos 30 años y además la desigualdad creció en forma significativa, afirmó el Director de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana de Puebla, Juan Luis Hernández Avendaño quien destacó que esta tendencia es un reflejo del fracaso de las políticas que aplicaron gobiernos panistas y priistas en las tres últimas décadas en el país.
El problema de la pobreza en México, se encuentra en las carencias de seguridad social y rezago educativo (cuyos porcentajes de carencia se han mantenido prácticamente sin cambios) y en el ingreso, cuyo avance sustancial en la población, no depende de programas sociales como las transferencias condicionadas, sino de políticas enfocadas al mercado laboral donde la caída permanente y sostenida de los salarios, da lugar a que el salario mínimo se encuentre por debajo de la línea de pobreza, apuntó.
Los salarios mínimos en México son, junto con los de Nicaragua, de los más bajos en América Latina. El salario mínimo en México de 80.04 pesos diarios, se encuentra muy por debajo de la línea de pobreza oficial por hogar de 353 pesos diarios (hogar promedio) y, cada vez más lejano a un salario mínimo constitucional digno y adecuado de 578 pesos (Cálculo del Observatorio de Salarios).
Durante la presentación del Foro Internacional ¿Por qué persisten la pobreza y la desigualdad en México? Que se realizará en la Universidad Iberoamericana de Puebla, el catedrático expuso que de acuerdo a un estudio realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) entre 2005 y 2012 en 18 países de la región destaca lo siguiente:
“Bolivia tenía 63.9% de pobres y bajó a 42.4% en 2011. Brasil registraba 36.4% y la disminuyó a 18.6 en 2012. Perú por su parte tenía 52.5% de pobres y para 2012 registraba 25.8. En cambio, México tenía 31.7% de pobres en 2005 y 37.1% en 2012 (CEPAL, 2013). Todos estos datos sin tomar en cuenta los porcentajes de indigencia. Como puede apreciarse, mientras sus vecinos experimentaron un claro y sostenido avance de bienestar, México caminó en sentido contrario”, explicó.
Es decir, agregó el maestro Hernández Avendaño, la mayoría de los países de América Latina redujeron la pobreza porque tuvieron gobiernos que innovaron y tuvieron la audacia de aplicar nuevas políticas fiscales, sociales y salariales, mientras que nuestro país sólo se estancó.
Y ejemplificó:
Entre 1997 y 2014, el número de beneficiarios del programa social emblema, originalmente Progresa, ahora Prospera, pasó de 5 millones a 25 millones. Sin embargo, la población por debajo de la línea de pobreza por ingresos no se ha movido porque en 1992 era de 54.8% mientras que en el 2014 era de 53.2%, es decir, en 15 años no se ha movido ésta línea a pesar del número de beneficiarios.
Por ello consideró como una buena oportunidad éste foro para conocer la opinión de 25 ponentes nacionales e internacionales sobre las causas por las cuales no se ha reducido la pobreza en el país y tener lo elementos para presionar a la élites políticas.
“Muy pocas veces se ha tocado el tema de las élites subnacionales, del papel que desempeñan los gobernadores para el desarrollo y distribución de la riqueza, y como ello ha contribuido para ensanchar más la brecha de la desigualdad”, agregó.
Destacó que las conclusiones que salgan del foro se las harán llegar a los candidatos presidenciales, a quienes se les hizo llegar una invitación, para que tengan elementos para aplicar políticas económicas, sociales y salariales responsables.
Al respecto, Rodolfo De la Torre, director de Programa de Desarrollo Social con Equidad del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, señaló que existen dos propuestas concretas que les harían llegar a los candidatos presidenciales en materia de Salud y educación.
“En el primer caso está la universalización del sistema de salud, porque hoy en día, tenemos al 13% de la población que no tiene acceso a la seguridad y no puede irse a otro sistema para atenderse. En el caso de la educación, a pesar del nuevo modelo educativo, para que éste pueda operar y dar resultados, debe tener una reasignación de recursos para que se puedan capacitar a los maestros y equipamiento de las escuelas, mientras eso no exista no habrán resultados”, dijo.
Sobre el objetivo del foro internacional, la Dra. María Eugenia Ibarrarán Viniegra, profesora asociada de la Universidad Iberoamericana de Puebla explicó que se busca es mostrar a través de otras miradas globales el cómo otros países enfrentan la relación entre la pobreza y la desigualdad, ya sea desde la perspectiva del BID (Santiago Levy), la Agencia Francesa de Desarrollo (Gaël Giraud) y el Banco Mundial (Kaushik Basu).
Asimismo, en nuestras 4 mesas de trabajo, 20 ponentes nacionales e internacionales buscan identificar las principales causas del estancamiento mexicano, los aspectos de política pública y de contexto que han favorecido éxitos de mayor equidad social y económica en Brasil, Perú, Bolivia y Ecuador, así como la puesta en común de propuestas y alternativas necesarias para que nuestro país retome el camino del bienestar social.
Entre los puntos que dieron sobre pobreza y desigualdad en el país sobresalen:
El 1% de la población se apropia el 32% del ingreso nacional en nuestro país.
Los ingresos que se apropia del 1% más rico son equivalentes a los que se queda el 90% población mexicana.
El 10% más rico se apropia del 67.8% del ingreso. Al capital corresponde el 56% de ese 68% del ingreso del decil más rico.
En términos de la desigualdad entre factores de la producción, los niveles de desigualdad en México muestran la misma distribución que a mediados de los años 30. Para 2015, el capital percibió el 74% del ingreso, mientras que el trabajo recibió sólo el 26%.
Por regiones, la Ciudad de México es la entidad donde la desigualdad salarial es más alta, seguida de Oaxaca, Campeche, Hidalgo, Guerrero, Veracruz y Puebla. Las menos desiguales Baja California, Quintana Roo, Baja California Sur, Durango, Chihuahua y Coahuila. Las más desiguales concentradas en la franja centro-sur y las menos desiguales en la parte norte del país (con excepción de Quintana Roo).
Entre 1997 y 2014, el número de beneficiarios del programa social emblema, originalmente Progresa, ahora Prospera, pasó de 5 millones a 25 millones.
Sin embargo, la población por debajo de la línea de pobreza por ingresos (Línea de Bienestar) no se ha movido prácticamente nada: en 1992 era de 54.8%. Para 2014 era de 53.2%.
El crecimiento de las denominadas clases medias, bajo el entorno de poco crecimiento y crisis económica, en la misma temporalidad ha sido prácticamente nulo. De 22% de la población a 26%.
El problema de la pobreza en México, se encuentra en las carencias de seguridad social y rezago educativo (cuyos porcentajes de carencia se han mantenido prácticamente sin cambios) y en el ingreso, cuyo avance sustancial en la población, no depende de programas sociales como las transferencias condicionadas, sino de políticas enfocadas al mercado laboral donde la caída permanente y sostenida de los salarios, da lugar a que el salario mínimo se encuentre por debajo de la línea de pobreza.
Los salarios mínimos en México son, junto con los de Nicaragua, de los más bajos en América Latina. El salario mínimo en México de $80.04 diarios, se encuentra muy por debajo de la línea de pobreza oficial por hogar de $353 diarios (hogar promedio) y, cada vez más lejano a un salario mínimo constitucional digno y adecuado de $578 (Cálculo del Observatorio de salarios).