La tarde de este viernes no fue nada tersa para el presidente Andrés Manuel López Obrador, las heridas de la violencia que a afectó a miles de mexicanos salió a flote durante el Segundo Diálogo por La Paz, la Verdad y la Justicia.
Las voces de padres, madres, hijos y hermanos de los hombres y mujeres que desparecieron o fueron asesinados durante el sexenio peñista se escucharon en el Centro Cultural Tlatelolco en la Ciudad de México:
¡Ni una más! ¡Ni una más! ¡Ni una asesinada más! No necesitamos dialogar, necesitamos encontrarlos… ¡Queremos que los encuentren! ¡Pónganse a trabajar! ¡Justicia, justicia! ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.
Con paciencia, el mandatario electo afirmó que durante su gobierno se emprenderán los cambios necesarios para atender las demandas de justicia de las víctimas de la violencia y delitos en todo el país
“La mayoría de los mexicanos decidió buscar un cambio verdadero, una transformación y eso es lo que nos tiene aquí, vamos, entre todos, a sacar a nuestro querido México de esta profunda crisis… Les aseguro que van a haber cambios, que no va a ser lo mismo”, afirmó.
El diálogo se mantendrá durante la próxima administración federal y será la Secretaría de Gobernación la encargada de escuchar y cumplir con las demandas justas.
Y fue más allá al señalar que pedirá perdón a las víctimas de la violencia y se comprometerá a la justicia “en todo lo que humanamente esté de su parte”.
“Olvido no, perdón sí, este es mi planteamiento. Respeto a los que dicen no al perdón ni al olvido, los entiendo, los comprendo, yo tengo otra convicción y podemos ponernos de acuerdo”, explicó el presidente electo, quien reiteró que “el gobierno va a ser del pueblo, con el pueblo y para el pueblo”.
“No le fallaré al pueblo, y cumpliré mis compromisos porque no tengo ningún compromiso con grupos de interés”, sostuvo López Obrador.
Asimismo, el mandatario electo aseguró que cambiará la política económica y se va a distribuir con justicia la riqueza de México.
Dijo que se atenderán las causas que originaron la violencia. Los jóvenes van a tener garantizado el derecho al estudio y al trabajo, van a tener la oportunidad de ingresar a una escuela y agregó que habrá un diálogo permanente y aseguró que no es igual a los políticos corruptos.
Hizo un llamado a la población y a organizaciones civiles a la unidad y a evitar la división, la polarización y el sectarismo. “Tenemos que unirnos todos para que haya justicia”, dijo y pidió que se le brindara ayuda al respecto.
López Obrador se comprometió a permitir la entrada al país a organismos internacionales para la verdad y la justicia, “queremos que todo sea transparente, por eso no tenemos por qué cerrarnos, todas las organizaciones de derechos humanos pueden entrar al país, son bienvenidas”.
Añadió que no será “tapadera” de nadie, de ningún funcionario cercano, amigo, familiar o compañero, por lo que en caso de alguna irregularidad serán sancionados pues el objetivo es terminar con la impunidad.
Las voces del dolor
Durante el encuentro, padres, madres, hijos y hermanas de las víctimas y desaparecidos alzaron su voz:
Irinea Buendía, la madre de Mariana Lima —mujer asesinada y cuyo caso ha sentado un precedente en la investigación de feminicidios en México— reclamó que en el país se ha normalizado el feminicidio y se han legitimado los contextos.
“Los gobiernos en transición han creado comisiones de la verdad, las cuales son entidades oficiales, temporales, autónomas”, criticó.
Exigió que las nuevas autoridades generen condiciones propicias para que sean las víctimas —y no los perpetradores— quienes estén al centro del proceso de impartición de justicia.
Otro caso fue el de un padre de familia que se acercó a López Obrador para entregarle un sobre con información sobre la desaparición de su hija y de cómo las autoridades no han hecho nada para encontrarla y al contrario, ahora él y su familia están siendo amenazados.