Para una buena cantidad de analistas, 2015 es un año que tendrá como significativo la fuga de Joaquín Guzmán Loera, el famoso Chapo. Más luego que Enrique Peña Nieto habría dicho que sería casi imposible que se escapara y Miguel Ángel Osorio Chong continúa imperturbable en la secretaría de Gobernación. Lo que recuerda la frase de Pompín Iglesias: “No pasa nada”.
Pero también hay acontecimientos por demás relevantes: la censura oficial a Carmen Aristegui en MVS y la exoneración de Peña Nieto acerca de la famosa Casa Blanca, la cual no sabemos a ciencia cierta qué ocurrió con ella.
Si de impunidades de narcotraficantes se trata, hay que recordar que otro inencontrable es Rafael Caro Quintero, el cual salió libre y ahora se le “busca”, rogando a Dios no encontrarlo.
Y ya sabemos que en México pueden desaparecer personas sin que ocurra nada, importando poco la presión internacional. Ahí está el caso de los 43 normalistas (Isidro Burgos) de Ayotzinapa, los cuales serán rastreados una vez más. Ojalá ahora sí los encuentren. Y sobre este caso, nuevamente la impunidad, ya que Jesús Murillo Karam, el que fuera procurador, no obstante que su verdad histórica fue otro mito genial, reposa tranquilamente en Hidalgo esperando le consigan una embajada de su categoría.
Las reformas llamadas estructurales han sido un fracaso. El barril de petróleo está a menos de 30 dólares, Pemex está a punto de tronar y despedirá próximamente miles de empleados. Y en telecomunicaciones si bien se redujeron las tarifas lo demás va mal, incluido el apagón. Mientras que en la transformación educativa no sólo el rector Enrique Graeu dijo que era sólo administrativa sino que ahora el INEE señala que dicha evaluación fue caótica e indigna para los maestros.
El año próximo se dibuja peor. Con todo, que en los siguientes días la pasen bien con su familia.
@jamelendez44