SON ARTESANAS INDÍGENAS MEXIQUENSES HISTORIA DE ÉXITO EN LA ALFARERÍA

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Mientras sus manos decoran las piezas de cerámica de alta temperatura que le han dado fama a su taller, Teresa Barrera Rivera recuerda sus inicios como artesana alfarera y cómo el Gobierno del Estado de México la apoyó para poder iniciar con un negocio por el que han pasado ya tres generaciones.

Originaria de la comunidad de San Juanico Centro, del municipio de Temascalcingo, Teresa Barrera es una de las historias de éxito de mujeres indígenas, que gracias a su esfuerzo y dedicación, así como al apoyo del Gobierno estatal, ha podido hacer de su oficio un legado que lleva su nombre, mediante una pieza artesanal que forma parte de la identidad cultural del territorio mexiquense.

Su comunidad, enclavada en los montes de Temascalcingo, ha sido por tradición hogar de artesanos, muchos de los cuales iniciaron con el barro y el horno de leña que, sin pensar, también consumía sus recursos naturales.

Por ello, las autoridades estatales realizaron un proyecto para enseñar el manejo y la fabricación de cerámica de alta temperatura con hornos de gas, y que Teresa aprendió rápidamente.

Luego de permanecer varios años trabajando para un taller, por fin pudo conseguir los recursos y el apoyo del Gobierno de la entidad para comprar un horno de gas y poder abrir su propio negocio.

Hace unos meses, el Consejo Estatal para el Desarrollo Integral de los Pueblos Indígenas del Estado de México, (CEDIPIEM), organismo sectorizado a la Secretaría de Desarrollo Social, la apoyó para la compra de otro horno, a través del programa de Proyectos Productivos, con lo que la administración estatal apoya a integrantes de los pueblos indígenas con el financiamiento de un proyecto con el hasta el 80 por ciento del costo total.

“A través de Gobierno del estado, tuve la oportunidad de tener un proyecto entonces ahorita pues eso a nosotros nos ayuda para poder seguir adelante y seguir trabajando, seguir generando empleo”, dice.

Hoy en su taller “Tega”, uno de los más reconocidos de la entidad, Teresa ve con emoción cómo sus nietos, han empezado a hacer sus primeras piezas, y confía en que el legado que le heredó su padre se mantenga vivo en las nuevas generaciones de artesanos de ésta, su tierra natal.

“Hay mucha gente muy buena que se interesa también por nosotras, las mujeres indígenas, y esto, pues sólo nos queda que nosotras como mujeres de verdad nos interese salir adelante, de que las mujeres en cualquier oficio que tengan, lo hagan con voluntad, con amor y eso es lo que nos va a hacer salir adelante, el triunfo de cada una de nosotras”, puntualizó.