El tratamiento de trasplante de células madre es de alto riesgo y solo se usa como última opción en los pacientes con VIH que padecen enfermedades hematológicas que ponen en riesgo sus vidas. Por este motivo, no es una opción terapéutica que pueda ofrecerse de forma generalizada a las personas con VIH.
Timothy Brown, la primera persona en el mundo que logró curarse del VIH , ha muerto a los 54 años debido a un cáncer, el mismo que, paradójicamente le permitió librarse del virus que causa el Sida hace 12 años. Este americano afincado en Berlín, se sometió a dos trasplantes de células madre en 2007 y 2008 para tratar una leucemia mieloide aguda que padecía.
El donante de esas células madre que recibió en dos ocasiones tenía dos copias de una mutación que provoca que los glóbulos blancos, las células de defensa del organismo, sean resistentes de forma natural al VIH.
Al hacerle el trasplante, conforme las células del donante reemplazaron las de Brown el VIH dejó de replicarse y, por tanto, de seguir infectando, hasta que desapareció. Desde entonces, el llamado ‘paciente de Berlín’ pudo abandonar el tratamiento antirretroviral y estaba libre de virus. Curado. Según la Sociedad Internacional del Sida, el de Brown fue un caso que dio esperanza al mundo de que el VIH se podría curar.
Después de Brown se han confirmado otros dos casos de personas curadas de VIH, el ‘paciente de Londres’, un hombre de 41 años llamado Adam Castillejos a quien le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin; y el paciente de Düsseldorf, un hombre de 50 años cuya identidad no ha trascendido, y que también sufría como Brown una leucemia mieloide aguda.
En los tres casos, los pacientes recibieron un trasplante de células madre con una mutación, la CCR5 Delta 32, que se ha visto que protege de manera natural frente al VIH puesto que impide la entrada del virus a las células diana de esta infección, los linfocitos T CD4, un tipo de célula de defensa.
El tratamiento de trasplante de células madre es de alto riesgo y solo se usa como última opción en los pacientes con VIH que padecen enfermedades hematológicas que ponen en riesgo sus vidas. Por este motivo, no es una opción terapéutica que pueda ofrecerse de forma generalizada a las personas con VIH.