Guadalupe Dueñas, la cuentista rebelde del siglo XX 

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La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Literatura, recuerdan este 19 de octubre a la narradora y cuentista jalisciense Guadalupe Dueñas (1910-2002), a 110 años de su nacimiento. 

La escritora Patricia Rosas Lopátegui coincide con Elena Garro al afirmar que “Lupita Dueñas tiene un mundo propio y es la mejor cuentista mexicana”. En entrevista, recuerda que la autora de Las ratas y otros cuentos (1954) hizo su primera aparición literaria después de los 40 años y tomó por sorpresa a sus contemporáneos, ya que en sus relatos no existe una división entre la realidad y la fantasía. 

“En sus cuentos parece narrar situaciones fantásticas, pero su mirada punzante nos entrega la realidad trágica del ser humano sumergido en prejuicios sociales, intereses meramente materialistas, las tinieblas de la burocracia, el averno del poder, la misoginia, la desigualdad de género y el sexismo de la sociedad patriarcal, por mencionar algunos de los temas recurrentes en su obra”, detalla Rosas Lopátegui. 

La catedrática de literatura mexicana e hispanoamericana agrega que pocos escritores y escritoras, como la autora de Tiene la noche un árbol (1958), saben encapsular los hechos en símbolos y restituir a las palabras su sentido original. “Es la escritora de la actitud desenfadada que desemboca en los dominios del humor negro; la del estilo conciso de exquisita belleza en cuyos mundos misteriosos y desolados expone la condición humana, como Quevedo, Balzac o Poe”, refiere. 

Narradora de lo extraño 

A decir de la escritora Bibiana Camacho, la autora de Antes del silencio (1991) aportó a la tradición cuentística la incorporación del elemento extraño que en sus cuentos habita con normalidad y cotidianidad, “como si resultara de lo más normal despertar con un tigre debajo de la cama o enterrar una hermanita que ha morado dentro de un frasco”, asevera en entrevista. 

La también editora comparte que la autora de No moriré del todo (1976) logró narrar lo insólito, el pecado y la rebeldía sin aparentes extravagancias, además de que incluyó el humor mezclado con su visión femenina de lo siniestro, a veces incómoda y siempre fascinante. 

“Su prosa es directa y está cargada de honestidad y ternura; a veces es sobrecogedora, y casi siempre, desparpajada y aguda. Perdurará porque sus relatos reflejan una sociedad que, a pesar del paso del tiempo, poco ha cambiado en cuanto a convencionalismos e hipocresía”, concluye. 

Guadalupe Dueñas nació en Guadalajara, Jalisco. Estudió literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México. Abordó diversos géneros, como cuento, novela, poesía y guion. En 1959 obtuvo el Premio José María Vigil por Tiene la noche un árbol