Alternativa para eliminar SARS-CoV-2 en aviones de pasajeros

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Las aerolíneas a nivel global han perdido ingresos cercanos a 256 mil millones de dólares.
Las aerolíneas a nivel global han perdido ingresos cercanos a 256 mil millones de dólares.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe estima que durante los primeros ocho meses de 2020 las aerolíneas a nivel global han perdido ingresos cercanos a 256 mil millones de dólares debido a las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia de covid-19.

Con el objetivo de apoyar a la industria del transporte aéreo de pasajeros, la Unidad Querétaro del Cinvestav, en colaboración con el Aerocluster de Querétaro y el Gobierno del Estado, se propone diseñar una estrategia que garantice la seguridad sanitaria de los pasajeros de aeronaves, aun cuando se pudieran encontrar al interior de la cabina una o más personas contagiadas de covid-19.

La propuesta planteada a través del proyecto “Eliminación y desactivación eficiente del virus SARS-CoV-2 en cabinas de pasajeros de aeronaves comerciales”, realizará un estudio de las formas de propagación del nuevo coronavirus al interior de las cabinas de avión y diseñará mecanismos que impidan la expansión de aerosoles del virus generados por personas infectadas, hacia posiciones de otros pasajeros a fin de evitar el contagio.

“La investigación diseñará un modelaje teórico para analizar los mecanismos de evolución de los aerosoles de SARS-CoV-2 en el espacio de las cabinas de avión, con el propósito de entender el comportamiento de las corrientes de aire en el interior de las cabinas de las aeronaves”, explicó Mauricio López Romero, líder del proyecto.

En un primer momento se buscará el control de las corrientes de aire al interior de la cabina de avión. Una posibilidad es aprovechar el diseño de las cabinas donde la salida de aire limpio y fresco se encuentra en la parte superior y considerar la posición de su ingreso mediante una recirculación, que se encuentra en la parte inferior.

Para ello se proyecta generar, en la medida de lo posible, flujos de aire “cuasi” laminares (ordenados, estratificados, suaves y en trayectoria lineal que impide su mezcla) y con fuerzas de arrastre suficientemente rápida para hacer que los aerosoles de virus SARS-CoV-2, generados por posibles portadores de covid-19, sean llevados rápidamente hacia los filtros de aire HEPA del avión y ahí se retenga el virus.

Una vez contenido, el virus se desactivará de manera eficiente mediante varios mecanismos: uno puede ser con el uso de radiación ultravioleta de tipo C (de onda corta), de tal manera que al iluminar el virus con esa radiación se puedan destruir sus enlaces químicos y dejarlo infuncional.

Otra alternativa es emplear procesos de tipo pasteurización. El SARS- CoV-2 es muy sensible a altas temperaturas, de manera que es posible diseñar mecanismos para someter a altas temperatura los flujos de aerosoles de este virus y después bajarla a fin de recircular el aire nuevamente al interior de la cabina, garantizando la eliminación y desactivación del virus en el aire fresco que reingresa a la cabina.

Este sistema se sumaría a los mecanismos de filtrados ya instalados en la aviación comercial de pasajeros sin que represente un costo elevado para el sector, al evitar grandes modificaciones en el sistema de recirculación de aire. “Con acciones sencillas es posible decrecer significativamente la probabilidad de contagio en las cabinas de pasajeros y mantener los costos de operación de las aerolíneas, garantizando la seguridad sanitaria”, apuntó López Romero.

Con la pandemia y frente al miedo de los usuarios por contagiarse al abordar una aeronave, el interés del grupo de investigación, en el que también participan Alejandro Manzano, Gabriel Luna y Jesús González, es desarrollar estrategias para aumentar la tranquilidad de los pasajeros e incentivar el uso de este medio de transporte.

De acuerdo con Mauricio López Romero, esta investigación busca garantizar el no contagio de los pasajeros de la aviación comercial aun con la presencia de personas infectada al interior de las cabinas de las aeronaves, con espacios más seguros ante el SARS-CoV-2 y determinando la capacidad de aforo adecuada. La propuesta se dirige a todos los aviones independientemente de su tamaño, aunque el mayor interés es para aeronaves utilizadas en viajes de largar duración que, por el tiempo de convivencia, tienen mayor probabilidad de contagio.

Además, la tecnología a desarrollar con el proyecto también podría emplearse en otros escenarios, como en los aires acondicionados de centros comerciales, oficinas o casas y productos diseñados para proteger a las personas de la covid-19.