CONTRAFILO
Por José García Segura
El Ejército y la Guardia Nacional resguardan, en Chiapas y Tabasco, la
frontera con Guatemala donde una caravana de migrantes
centroamericanos espera avanzar hacia Estados Unidos.
En franca violación a los acuerdos de Nueva York sobre Refugiados y
Migrantes y, a la Conferencia Intergubernamental de Marrakech,
Marruecos, a la que asistió el Canciller Marcelo Ebrard, milicias
guatemaltecas reprimieron, el sábado anterior, a quienes carecen de
dinero, de documentación y de prueba negativa de Covid 19.
Esa represión es, igualmente, en violación a lo convenido en la
Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado (2020) realizada bajo el
lema “Como Jesucristo, obligados a huir”.
En el evento, el Papa Francisco llamó a “acoger, proteger, promover e
integrar a los desplazados internos (DI)” quienes huyen del hambre, de
la guerra, de la inseguridad y del desempleo.
“Cuando hablamos de migrantes y desplazados, nos limitamos con
demasiada frecuencia a números. ¡Pero no son números, sino personas!”
advirtió.
Desde tiempos inmemoriales, los migrantes, nacionales o extranjeros,
han buscado una vida mejor a la del lugar de origen.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) los
desplazados en el mundo suman 68 millones, de los cuales 25 millones
son refugiados, 3 millones solicitan refugio y 40 millones viven en
lugares distintos a donde nacieron.
En América Latina, México es el país con más migrantes internacionales
(El Salvador, Guatemala, Honduras…)
En horas recientes el presidente Obrador endureció las medidas, tal
como lo hizo cuando “el amigo trun” gobernaba el vecino país del
norte.
Según se sabe, Joe Biden, quien asumirá el mando este miércoles 20,
tiene pensado regularizar a 11 millones de personas, en su mayoría,
mexicanos.
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