Covid-19 tiene repercusiones en la salud mental y las recetas de antidepresivos, ansiolíticos y antiinsomnio se incrementan hasta en 78% en algunos países, aunque existen muchas barreras para acceder a la atención médica mental por el costo, cobertura y estigma social asociado a los trastornos mentales, dijo Joana Salinas, especialista en salud laboral.
La co-creadora de Empareja2 mencionó que “el 76% de las personas con trastornos del estado de ánimo no reciben tratamiento” y aseguró que las personas de 18 a 25 años de edad son las más propensas a tener problemas de salud conductual.
Salinas dice que a raíz de la pandemia de Covid-19 más empresas reconocen los costos asociados al no abordar los problemas de salud mental de los empleados. “Aunque la conducta predice prospectivamente la incidencia de afecciones médicas graves y costosas, como la diabetes, el cáncer y la enfermedad de las arterias coronarias”. Así, el enfoque de no preguntar o decir en el lugar de trabajo ahora se revierte.
Actualmente, los trastornos mentales y de uso de sustancias, a veces denominados afecciones de salud conductual, son reales, generalizados y costosos. Cuestan dinero a las empresas directamente por los gastos de tratamiento e indirectamente, y más caro, por el aumento de los gastos de atención médica, la rotación y la disminución de la productividad, mencionó la Pedagoga.
“Si las empresas hacen que los servicios de salud mental sean más accesibles e intervienen en el lugar de trabajo de manera que mejoren el bienestar, simultáneamente realizarán inversiones que proporcionarán mejoras reales en los resultados de los empleados y, en consecuencia, en el rendimiento de la empresa”, aseguró la investigadora.
Ahora, si bien las empresas se sensibilizan más por la salud mental de sus colaboradores, también aparecen más factores de riesgo tras la pandemia de Covid-19.
Salinas mencionó que el estudio global People at Work 2021: A Global Workforce View señala que la media de horas extras no remuneradas que realizan los trabajadores aumentó significati-vamente desde que estalló la pandemia.
Además, el 46% admite que asumen responsabilidades adicionales. “El 31% dice que las preocupaciones por la seguridad laboral los conducen a asumir cargas de trabajo adicionales mientras el 25% trabaja en sus días libres por el mismo motivo”.