CONTEXTOS / Ética en la cuerda floja

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Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).

Según un informe de 2021 de la Iniciativa de Ética y Cumplimiento, el 63% de los gerentes intermedios fueron presionados por los jefes para violar el código ético de conducta de su empresa en 2020. Más de la mitad de los gerentes medios y superiores observaron mala conducta ética, mientras que el 79% de los empleados experimentaron represalias por denunciarlo.

Parece una película de horror, pero los programas de cumplimiento corporativo bien administrados y las culturas corporativas saludables pueden reducir este problema significativamente, aunque son difíciles de mantener en las grandes empresas durante largos períodos de tiempo.

Seamos claros: cuando nos enfrentamos a un dilema moral o ético en el trabajo, es común creer que las opciones se limitan a permanecer en silencio, confrontar por sí solo al perpetrador (s) o denunciarlo (y tal vez a todo el equipo) a una autoridad superior. Para aquellos que son reacios a los conflictos, y aquellos que no sienten que las opciones dos y tres sean viables por otras razones, la primera opción es la más atractiva. Pero hay otra manera.

Cuando se enfrentan irregularidades en el trabajo, en lugar de elegir una de las opciones descritas anteriormente, conviene probar el punto de vista en privado con otra persona, tal vez una más tranquila que pueda estar abierta a escuchar la perspectiva y crear una alianza. Si eso es demasiado arriesgado, comunicarse con la persona que lo reclutó, un mentor o un colega que haya estado en la empresa más tiempo. Si se es una mujer o una minoría, la investigación muestra que puede encontrar fuerza al consultar entre sí frente a situaciones que involucran sexismo o racismo.

En muchos experimentos sociales queda claro que la confrontación de una situación poco ética requiere “ayuda” de otras personas en la organización para denunciar el hecho. De ahí la importancia de crear comités multidisciplinarios y equipos diversos para generar mayor interacción entre los miembros de una organización.

Al mismo tiempo, conviene clarificar las políticas éticas de la empresa a través de distintos canales de comunicación.

Con ello se podrán establecer normas de conducta esperada y clarificar si existe personal de apoyo ante una situación poco ética o moralmente reprobable.

Vale afirmar que en trabajos “solitarios” como los que se efectúan en tecnología, por ejemplo, son más proclives los fraudes empresariales. La propia organización es quien debe establecer la interrelación de personas en una organización y fomentar la ayuda que se brinda a cada persona y puesto de trabajo. El mensaje subyacente debe ser “no estás solo”. Todos trabajamos en favor de nuestra organización”.

A lo largo de toda la carrera profesional se debe impulsar el mentoring como un modelo de acción y a poyo a los jóvenes profesionistas. Es algo que ya empezamos a hacer en las aulas universitarias. Falta que las empresas lo emulen en su quehacer cotidiano.