Por Joana Elizabeth Salinas, Cocreadora de Empareja2 y Psicopedagoga especializada en salud laboral.
Regresamos a la oficina y a nuestros lugares habituales de trabajo. Pero la posibilidad de combinar sus actividades con el homme office está latente en todos los sectores económicos y se impone en el futuro próximo el trabajo híbrido.
Ante una inminente nueva normalidad, es previsible que se imponga el trabajo híbrido en al menos el 20% de los actuales puestos de trabajo. Por supuesto, esto implica la generación de nuevas competencias.
Básicamente existen tres habilidades que deben desarrollarse para generar un teletrabajo exitoso.
La primera es la capacidad de generar conexión o vínculo a través de la red. Esto se contrapone un poco a sólo buscar resultados y cumplir objetivos.
En general olvidamos preguntar cómo está la persona que tenemos delante o al otro lado de la pantalla. Otras veces, en pos de la misma eficiencia en el cumplimento de objeticos, los equipos dejan de reunirse o lo hacen de forma muy esporádica. Con ello se pierde el hilo y la coordinación de acciones resulta superficial y forzada.
Si algo evidenció el actual confinamiento derivado de la pandemia, fue que necesitamos reunirnos aunque sea diez minutos cada dos días, para conectar, saber dónde y cómo está cada uno y qué necesitamos y podemos aportar.
La segunda habilidad es desarrollar un alto nivel de compromiso en relación a las agendas personales y laborales. Si lo exageramos en un sentido o en otro, uno de los ámbitos se verá resentido.
Por ello, es importante desarrollar un mayor nivel de transparencia hacia el equipo. Compartir que cierto día le hemos dedicado menos tiempo a la tarea permitirá que el equipo no se atasque por algo que alguien no hizo, que no respondió o que no admitió que no sabía.
Finalmente, en pos del teletrabajo éxito, conviene a aprender a aprender. Cada día que pasa, lo que aprendimos ayer es posible que mañana se vuelva obsoleto. Diría que la capacidad más necesaria de hoy es la de aprender a aprender. Las empresas buscan menos la especificidad y más la variabilidad en las competencias. Cualquier persona, por experta que sea en un tema, tendrá que reinventarse.
En sí, las competencias de aprender a aprender, flexibilidad y adaptación al cambio están unidas, e implican que lo que hoy sabemos es solo una parte de lo que podemos llegar a conocer a lo largo de nuestra vida personal o profesional.
El teletrabajo y sus formas híbridas, en general, ponen a prueba nuestra capacidad de desarrollo y de adopción tecnológica, pero sobre todo, de generar sinergias positivas con personas de distintas generaciones, formaciones, género, gustos, orígenes y credos.
Hoy, más que nunca, nuestra empatía es la que nos permitirá generar nuevas maneras de comunicarnos, negociar, convencer, aportar y lograr.
¿Estamos preparados para el futuro? La mentalidad de desarrollo es lo que lo determinará.