GOBIERNO DE CALIDAD/ Excelencia en el gobierno de datos

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Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista

En una era donde los datos representan una mina de oro para todas las corporaciones, convendría establecer políticas que maximicen el valor de la información y convertir el Big Data en un valioso aliado para conocer al cliente y modificar en tiempo real productos y servicios de acuerdo a las expectativas de mercado.

Lo primero es involucrar a la alta dirección. Cuando el equipo directivo (la C-suite) comprende las necesidades, puede resaltar los desafíos y limitaciones actuales de los datos y explicar el papel de la gobernanza de datos. El siguiente paso es formar un consejo de gobierno de datos dentro de la alta gerencia que dirigirá la estrategia de gobierno hacia las necesidades comerciales y supervisará y aprobará iniciativas para impulsar la mejora, por ejemplo, el diseño y la implementación apropiados de un lago de datos empresarial.

Tener la aceptación del liderazgo empresarial de arriba hacia abajo evitará los desafíos habituales en torno a la claridad y el empoderamiento del rol. Los administradores de datos en el lado comercial entenderán que el esfuerzo es una prioridad de la empresa y se tomarán el tiempo para abordarlo. Los mandatos de arriba hacia abajo también permiten abordar de inmediato los conflictos sobre la propiedad de los datos.

El segundo paso es la integración con temas de transformación. Para garantizar que los esfuerzos de gobernanza creen valor, vincularlos directamente a los esfuerzos de transformación continuos que ya cuentan con la atención del CEO como la digitalización, la habilitación omnicanal o la modernización de la planificación de recursos empresariales. Estos esfuerzos suelen depender de la disponibilidad y la calidad de los datos.

El tercer paso para generar una buena gobernanza de datos implica priorizar los activos de datos. Muchas organizaciones abordan el gobierno de datos de una manera holística, mirando todos los activos de datos a la vez. Pero un alcance tan grande significa un progreso relativo lento en cualquier área dada y un riesgo de que los esfuerzos no estén directamente relacionados con las necesidades comerciales.

Para tener éxito, los activos de datos deben priorizarse de dos maneras: por dominios y por datos dentro de cada dominio.

El consejo de datos, respaldado por el área de tecnología, debe priorizar los dominios en función de los esfuerzos de transformación, los requisitos reglamentarios y otras entradas para crear una hoja de ruta para la implementación de dominios. Luego, la organización debe generar rápidamente los dominios prioritarios, comenzar con dos o tres inicialmente, y apuntar a que cada uno sea completamente funcional en varios meses.

Priorizar los activos de datos dentro de cada dominio definen su nivel de trascendencia. Los datos críticos generalmente representan del 10 al 20% de los datos totales en la mayoría de las organizaciones. Los elementos críticos, como el nombre o la dirección del cliente, deben recibir un alto nivel de atención, incluido el monitoreo continuo de la calidad y el seguimiento claro del flujo en toda la organización, mientras que para los elementos que se utilizan con menos frecuencia en análisis, informes u operaciones comerciales, el monitoreo de calidad sin seguimiento puede ser suficiente. Esto reduce significativamente el alcance de los esfuerzos de gobernanza y garantiza que se centren en los datos más importantes.