Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC)
Un historial que convenza a otros de su credibilidad es un bien precioso. La autenticidad puede ayudar a los líderes a inspirar a otros a seguir, pero también representa la oportunidad de entrada para liderar en primer lugar.
Algunos definen la credibilidad a través de las credenciales logradas. Otros creen que es la combinación correcta de experiencias.
Independientemente de cómo se acumule, la credibilidad no se puede obtener de la noche a la mañana. La experiencia correcta genera confianza entre los seguidores, pero eso es solo el comienzo.
Ahora, se puede obtener credibilidad a través de la experiencia. Se pueden desarrollar habilidades con el tiempo debido al amor por el trabajo. O se puede ganar experiencia en la recolección de logros fuera de una empresa.
Vale mencionar que la credibilidad del liderazgo no se gana solo en el extremo más visible y agudo de una organización. También aparece al ser el mejor en una cosa e incluso al acumular responsabilidad de manera constante de otros lugares.
Pero ganar credibilidad no se trata solo de ser bueno en el trabajo. Se trata de ser apasionado y mostrar esa pasión. Es verdad que las credenciales tecnocráticas son vistas como una aportación de credibilidad, pero la pasión, insisto, también puede establecerla credibilidad.
Más allá de las competencias laborales y los conocimientos técnicos, la credibilidad es el fruto de la concordancia entre el pensar y hacer, pero también en que responda a los valores que cada uno de nosotros poseemos como directrices de vida. Es importante alinearse a una misión, pero resulta más relevante y creíble apostar por ella con sólidos valores que guíen la actuación. La congruencia es la columna vertebral de la credibilidad.
En sí, experiencia, pasión y congruencia conforman el grado de certidumbre en el líder, el nivel con el que puede inspirar a otros y el grado en el que será percibido su rol de transformador.
En una era en la que la reputación representa más del 60% del valor de una empresa y de la marca personal, es bueno abonar a las áreas en las se detectará un mayor peso en la construcción de la percepción que los demás tienen en nosotros como integrantes de un proyecto.
Un primer paso para liderar alguna misión, sin embargo, tiene que estar precedida por ser un eficiente compañero de trabajo que haya vivido la integración de competencias e interacción oportuna con otros, de ahí que muchos asuman el llamado liderazgo de nostalgia como base de la credibilidad.
Es, en suma, mostrar que existe la suficiente compenetración en el trabajo y los integrantes del equipo para armonizar visiones, talentos e intereses. El ser “uno de nosotros”, es parte de la credibilidad efectiva en un mundo donde el humanismo y la contextualidad importan más que nunca.