En Brasil y Colombia el sindicalismo vive una etapa de crisis que se ha agravado por los efectos de la pandemia y la precariedad laboral prevalece por las formas de trabajo informal de las plataformas digitales, coincidieron participantes en el Seminario internacional Pre AMET Relaciones laborales y sindicales en América Latina, que rindió homenaje al sociólogo Enrique de la Garza Toledo, convocado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El sindicalismo en Brasil tiene una historia de lucha a lo largo de los siglos XX y XXI al punto que incidió en la elección de los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, aunque los avances de esos años fueron desmontados con la reforma laboral de 2017, afirmó el doctor José Ricardo Ramalho, académico de la Universidade Federal do Rio de Janeiro, Brasil.
“Ahora está en una crisis importante, la reforma laboral flexibilizó las relaciones laborales y la ubicó como una prioridad, la idea fue debilitar la acción sindical, acabar con los convenios colectivos, ahora es posible interrumpir la contratación colectiva para firmar contratos individuales de trabajo., apuntó el investigador en el encuentro convocado por Posgrado en Estudios Sociales de la Unidad Iztapalapa de la Casa abierta al tiempo.
La tasa de sindicalización ha venido bajando a partir de 2012, los convenios colectivos que sumaban 2 millones y medio en 2017 bajaron a menos de un millón 200 mil y también fue desechado el impuesto sindical para evitar la movilización, dijo en su ponencia Sindicalismo, trabajo y la reforma laboral en Brasil.
Uno de los problemas que enfrentan los gremios es cómo representar a los trabajadores que laboran con las nuevas tecnologías. En aquella nación, los motoboys (trabajadores de plataformas que entregan alimentos) hicieron una huelga en 2020 y si bien no están sindicalizados recibieron el apoyo de las grandes centrales brasileñas.
“Los sindicatos no sólo son actores económicos sino protagonistas en la arena política, ya que sostienen y ejercen formas de poder. A pesar de enfrentar contextos extremadamente desfavorables a nivel nacional e internacional las 13 organizaciones en Brasil siguen siendo importantes”.
El coronavirus profundizó la miseria de los trabajadores en ese país y contribuyó a la precarización, lamentable realidad que se concretó con la reforma laboral de 2017.
“La tecnología ha fomentado la invasión de las labores en el espacio familiar además de significar una forma de control del mundo del trabajo y la caída del empleo formal en Brasil es una realidad”, enfatizó el doctor Ramalho.
En tanto, aunque históricamente Colombia ha tenido un sindicalismo débil que no ha generado influencia en el sistema político nacional, en la movilización popular entre el 28 de abril y 15 de julio del 2021, registró 12 actos de protesta masivos simultáneos y cubrió 90 por ciento del territorio, refirió el doctor Juan Carlos Celis Ospina, investigador de la Universidad Nacional de Colombia.
En aquella nación, las tasas de afiliación históricamente han sido bajas. En su mejor momento –1964– tuvo 13.4 por ciento, pero desde entonces se ha observado un descenso, para ubicarse en 4.7 por ciento en el año 2012.
La violencia en contra de los sindicalistas ha sido grave, desde 1975 se contabilizan más de tres mil homicidios contra representante gremiales, indicó el especialista en sociología del trabajo.
Además, esas agrupaciones han perdido fuerza por las políticas neoliberales, no existe un gremio nacional de industria y los que hay son intermediarios que subcontratan labores con las empresas para que las realicen sus afiliados.
En los paros nacionales recientes la participación más dinámica fue del sector conocido como ninis, que agrupa a 33 por ciento de los 3 millones 630 mil jóvenes que habitan en Colombia, dado que en aquel país la tasa de desocupación en personas de 14 a 28 años era de 29 por ciento a mediados de 2020, explicó Celis Ospina.
“Los puntos donde se instalaron las barricadas fueron en las zonas donde el desempleo afecta en mayor medida a los jóvenes, que particularmente se ubica en la ciudad de Cali. A pesar de su debilidad se reconoce que los sindicatos fueron los convocantes del paro nacional, aunque ahora a muchos de los manifestantes se les está judicializando de forma severa y se les pretende señalar como terroristas”.
En su ponencia El sindicalismo colombiano en los paros nacionales 2019-2021 el experto afirmó que hoy las muchedumbres políticas que planteen una alternativa al neoliberalismo pueden articularse en un conjunto de protestas que representan las luchas de los trabajadores asalariados, independientes y de otros grupos sociales que buscan generar una alternativa para quienes han padecido la exclusión del modelo económico capitalista.