Por Alan Ramírez Flores, CEO de Coperva y autor de Liderazgo para tod@s.
Carlos Slim, el hombre más rico de México, posee características como resiliencia, resistencia, alto coeficiente intelectual y ecualización, confianza, ambición, humildad, visión, confiabilidad y presencia. También sería fácil encontrar cien características más.
Sin embargo, ¿cuál es su característica más relevante? Tiene un hábito mental: la curiosidad aplicada.
Las personas que lo tienen se involucran en preguntas implacables para comprender cómo funcionan las cosas. Y luego comienzan a preguntarse cómo se podría hacer que esas cosas funcionen mejor. Abordan todo con una mentalidad inquisitiva que da sentido a los hábitos cambiantes de los consumidores o a las tendencias macroeconómicas globales que dan forma a su industria.
La curiosidad aplicada es tan natural como respirar para este empresario, y no podrían apagarla incluso si quisiera. Así, el simple acto de deambular en una tienda minorista se convierte en un ejercicio mental de fondo sobre los ingresos y costos probables del negocio. De repente, conversa con el gerente y le sugiere sobre cómo los diferentes diseños podrían aumentar los ingresos.
La pregunta clave que comparte con otros empresarios exitosos es: ¿Cómo voy a aprender una nueva área? Por lo tanto, buscan la capacidad de aprender constantemente y rápido.
De acuerdo a diferentes estudios, el cuánto se cuestiona, investiga y procesa un hecho para buscar ideas y patrones, incide de manera directa en el éxito empresarial. La mentalidad cuestionadora tiene que ser prospectiva tanto como retrospectiva. Es decir, conviene revisar lo que ya sucedió para buscar lecciones, desaprender lo que ya se sabe para explorar escenarios hipotéticos para un futuro incierto.
El trabajo más importante que enfrenta día a día Slim es pararse frente a su equipo y decir: “Aquí está el plan simple de cómo vamos a ganar en nuestra industria hoy y ganar en el mundo, ya que probablemente evolucionará en los próximos tres a cinco años”.
El factor X en el cerebro de Slim es su capacidad de simplificar lo complejo y volverlo operable. Esa es la curiosidad aplicada. Y es lo que caracteriza a los grandes millonarios del mundo.
Ahora, ¿Se nace con una propensión a la curiosidad o se desarrolla con el tiempo? Según el Presidente de Grupo Carso se puede construir y se comienza con la simple pregunta de “¿por qué?”.
La capacidad de cuestionar se deriva no solo de la comprensión del panorama competitivo actual, sino también de tener una idea aguda de cuáles podrían ser las posibilidades más allá de él.
La curiosidad aplicada es lo que ahora todos buscan en un CEO. Es el elemento crucial en el cerebro de Carlos Slim.