El negocio inmobiliario busca acabar con la vida silvestre de la zona oriente del Edoméx

0
291

La zona oriente del Estado de México se encuentra en peligro porque esta parte es el centro de la metrópoli, un nuevo polígono que se está trazando en la unificación de la Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala, porque el principal negocio es el inmobiliario después del aeropuerto cancelado, en especial, está en peligro las comunidades cercanas al Lago de Texcoco.
Aunque ya no se construyó el aeropuerto, sí quedaron los compromisos con grupos como Casas Ara y Casas Geo, entre otros, dijo Arturo González, integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra- (FPDT-ATENCO), que junto con la Coordinadora #YoPrefieroEILago, presentaron la propuesta de que sea declarada la zona como un Área Natural Protegida del Lago de Texcoco.
Se busca que se proteja la vida en la región oriente de la Cuenca de México, en ese espacio persisten cuerpos de agua como la Laguna Xalapango y la Ciénega de San Juan, donde el campo forma un cinturón de alto valor ambiental, donde se ha derrotado en varias ocasiones diversos intereses extractivos.
Los ponentes recordaron que quien ha defendido el territorio en los últimos 20 años, son quienes en 2001 tumbaron el Aeropuerto de Fox, esos mismos que en 2006 fueron brutalmente reprimidos en venganza por la cancelación de su aeropuerto, y que en 2018 nuevamente dijeron #YoPrefieroEILago y tumbaron el aeropuerto de Peña Nieto.
Coincidieron que con esta propuesta se protege el lago y el agua, pues contiene los cuerpos de agua más importantes del centro del país, es un regulador importante de la temperatura, que ayuda a combatir las injusticias climáticas, además de que procura la recarga de los mantos acuíferos, es decir, esta región es un regulador de las avenidas de agua durante las épocas de lluvias y es clave para evitar inundaciones en la Ciudad de México y el Estado de México.
De forma que se pide la protección y recuperación del Lago de Texcoco, ya que significa proteger la viabilidad hídrica de la Cuenca y la vida de 25 millones de habitantes, proteger y procurar este espacio significa dar marcha atrás a una inercia de 500 años de desecación.