REQUIEREN AGRICULTURA Y GANADERÍA ESTIMULACIÓN DE LLUVIAS

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La estimulación de las lluvias es una alternativa para mitigar los efectos de la sequía, especialmente en zonas agrícolas y ganaderas. Aunque el método se ha aplicado a partir de la década de 1950, aún se desconocen los factores físicos y climáticos que ocurren durante este proceso, coincidieron expertos académicos, gubernamentales e independientes.

“Se han hecho esfuerzos para ir mitigando la escasez de agua y uno de ellos es buscar estimular la precipitación”, afirmó Jorge Zavala Hidalgo, director del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) y moderador de la mesa a distancia “Modificación artificial del tiempo”, efectuada como parte de los “Diálogos desde el ICAyCC”.

En tanto, el investigador de esa entidad académica, Guillermo Montero Martínez, explicó que la precipitación natural es el resultado del procesamiento del vapor de agua que hay en las nubes, las cuales son la fuente principal que tenemos de agua dulce.

En el proceso de estimulación artificial se liberan moléculas de yoduro de plata en las nubes, el cual produce partículas que generan cristales de hielo que forman gotas y caen, detalló Fernando García García, investigador del ICAyCC.

Resaltó que a partir de los años 50 y 60 del siglo pasado, esta técnica se ha practicado en diversos países con resultados controvertidos, pues no hay métodos para el muestreo y análisis estadístico.

Estos proyectos han tenido subidas y bajadas, y pocos se han realizado con un sentido totalmente científico, tratando de investigar los resultados y de evaluar la eficiencia de estas técnicas de aumento de precipitación, destacó.

En su exposición, el director del Proyecto de Estimulación de Lluvias de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), Alejandro Trueba Carranza, informó que ha participado en ejercicios de precipitación en estados del norte del país: Baja California, Chihuahua y Sonora, en donde se ha logrado propiciar la lluvia, lo cual beneficia a la agricultura y ganadería locales.

Llevamos 104 vuelos entre los del año pasado y los que van ahorita; han sido exitosos, todos han producido lluvia. “Estos problemas de sequía nos están rebasando; ya en Estados Unidos en varios condados y estados han manifestado que a lo mejor no funciona del todo, pero van a hacer precipitación de lluvias ante la situación que están viviendo”, destacó.

De acuerdo con datos del blog de la SADER, este proceso se ha realizado en México en ocho entidades: Sonora, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Durango, Sinaloa, Tamaulipas y Zacatecas.

Para la estimulación de lluvias se utilizan dos aviones King Air 350, los cuales fueron modificados y tienen capacidad de reacción inmediata para las condiciones de operación que se requieren.

La planeación y programación de este tipo de vuelos se lleva a cabo a partir del análisis de las condiciones meteorológicas sustentadas con información obtenida mediante aplicaciones móviles e imágenes satelitales.

Al hacer uso de la palabra, el consultor independiente, Michel Rosengaus; y el director general de la Comisión Nacional de las Zonas Áridas de la SADER, Ramón Antonio Sandoval Noriega, se pronunciaron por mayor colaboración entre la academia y el gobierno, para fortalecer la instrumentación de este método y hacerlo más eficiente.