DE DIABETES Y MÁS/ Cuando la tecnología enferma al médico

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Por Carlos Meraz, médico especializado en diabetes
No es un secreto: el personal médico y asistencial en general es uno de los que tiene mayores riesgos de colapsar. De hecho, el síndrome del quemado o “bournout” tiene a médicos, enfermeras, terapistas y cuidadores como las principales víctimas.
Hoy, muchos trabajadores de la salud están emocionalmente agotados; lo extraño es que la tecnología puede ser la culpable. Una nueva investigación, vincula la frustración relacionada entre la tecnología y el agotamiento de los trabajadores en todos los rincones de la industria médica.
Por un lado, las innovaciones basadas en la tecnología, como los registros electrónicos de salud, ahora presentes en aproximadamente el 90% de todas las prácticas médicas de Estados Unidos y otras economías avanzadas, significan un acceso más rápido a los archivos de los pacientes y una coordinación más fácil de la atención entre profesionales y entornos.
A la par, una mayor aplicación de la tecnología en entornos médicos puede ser un problema. Por ejemplo, las interfaces no son fáciles de usar y las actualizaciones frecuentes pueden frustrar a los trabajadores de la salud. Incluso, los registros electrónicos pueden imponer grandes demandas al tiempo de los profesionales: los médicos ambulatorios ahora pasan el doble de tiempo en registros electrónicos.
Esto es: las innovaciones tecnológicas ofrecen muchos beneficios, pero los mismos sistemas pueden conducir al debilitamiento emocional o agotamiento, lo que aumenta las probabilidades de un error humano.
Numéricamente, el agotamiento afecta a cientos de miles de trabajadores de la salud y tiene un costo para el sistema de atención médica de Estados Unidos, por ejemplo, de hasta seis mil millones de dólares anuales. En México aún no se documentan los gastos derivados del agotamiento, aunque si se asume que gran parte de quienes integran la “renuncia silenciosa” están en el ámbito de salud.
En una encuesta realizada por una consultoría internacional de negocios a los trabajadores de la salud, encontraron que alrededor de un tercio de ellos informaron frustración con la tecnología, y ésta contribuye significativamente al agotamiento. Incluso, se sume que el estrés tecnológico es una importante causa de mala salud mental en el trabajo.
El vínculo entre la frustración con la tecnología y el agotamiento afecta a todos los tipos de trabajadores de la salud. Alrededor de la mitad de los encuestados están en atención clínica directa (médicos, enfermeras, terapeutas respiratorios) y la otra mitad está en atención indirecta, como apoyo administrativo.
Las personas frustradas pueden necesitar un poco más de capacitación o algunos consejos sobre cómo ser más eficientes o realinear sus expectativas sobre lo que la tecnología les puede proporcionar.
En cualquier caso, el estrés tecnológico es un foco rojo que debe visibilizarse en los entornos de trabajo, aún en los servicios médicos y asistenciales. De manera coloquial podíamos decir que “los médicos también lloran”. Y la tecnología puede ser frustrante …o una gran aliada. Depende de cada uno de nosotros y de las organizaciones en las que colaboramos. Es tarea imprescindible llevarla a cabo en todos los sistemas de salud.