Rusia lanza una nueva ola de misiles contra Ucrania

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Rusia lanzó el jueves una nueva salva de misiles contra Ucrania, que causó un muerto en la capital y cortes de electricidad en varias regiones, al día siguiente de que los aliados de Kiev anunciaran el envío de tanques pesados.

Moscú denunció que esta entrega de equipamiento pesado significaba la “implicación directa” de Occidente en el conflicto e intensificó sus combates en varias zonas de la región de Donetsk, en el este.

Según el jefe de las fuerzas armadas de Ucrania, el general Valery Zaluzhny, Rusia disparó el jueves 55 misiles contra Ucrania. De estos, “47 fueron destruidos, 20 de ellos” en las inmediaciones de Kiev.

Además, por la noche fueron derribados 24 drones Shahed de fabricación iraní, según las fuerzas ucranianas.

Un primer balance dio cuenta de un muerto y dos heridos en la capital, según su alcalde, Vitali Klitschko. La víctima mortal fue “un hombre de 55 años”, precisó la administración municipal.

Según la administración militar de la ciudad, esta muerte estuvo causada por la caída de fragmentos de un misil que había sido derribado.

Por precaución, Kiev, su región y otras dos más llevaron a cabo cortes de electricidad “de emergencia” para “evitar daños importantes a las infraestructuras eléctricas”, informó el operador privado de electricidad DTEK.

Rusia intenta causar “un fallo sistémico” en la red nacional, apuntó el ministro de Energía, Guerman Galushchenko.

“La situación sigue bajo control”, aseguró el primer ministro, Denys Shmygal.

En la región de Odesa (sur), “dos sitios de infraestructura energética esencial” quedaron dañados, según las autoridades locales, sin causar víctimas. Allí, los cortes “podrían durar varios días”, avisó DTEK.

Los bombardeos cerca de esa ciudad se produjeron poco antes de que llegara a Odesa la ministra francesa de Relaciones Exteriores, Catherine Colonna, para reunirse con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba.

Tras varios reveses militares en el terreno a mediados del año pasado, el Kremlin cambió de estrategia y empezó en octubre a atacar los transformadores y las centrales eléctricas de Ucrania.

Desde entonces, los cortes eléctricos se multiplicaron y dejaron a millones de civiles ucranianos sin agua potable ni calefacción, en época de invierno.

“Implicación directa”

Este nuevo ataque masivo ocurre al día siguiente de que Estados Unidos y Alemania autorizaran el envío a Ucrania de decenas de vehículos de combate pesados, una decisión inédita en los 11 meses de guerra.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, agradeció a sus aliados el suministro de este equipo, reclamado por Kiev desde hacia meses.

Es “un paso importante en el camino hacia la victoria”, dijo el mandatario. Pero “la clave ahora es la celeridad y el volumen” en la entrega de los tanques, insistió el miércoles por la noche.

El gobierno de Ucrania estima que necesita varios cientos de tanques para derrotar al ejército ruso en el este y el sur del país.

Alemania precisó este jueves que prevé entregar los tanques Leopard 2 “a fines de marzo, inicios de abril”, según declaró el ministro de Defensa, Boris Pistorius.

Para el Kremlin, estas iniciativas constituyen una “implicación directa” de los países de Occidente, unidos detrás de Ucrania para debilitar a Rusia.

“En Moscú, consideramos esto como una implicación directa en el conflicto, y vemos que [esta implicación] crece”, afirmó el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.

“Carne de cañón”

En el terreno, las tropas rusas “intensifican” los combates en el este, según la viceministra ucraniana de Defensa, Ganna Maliar.

Actualmente, el ejército ucraniano se enfrenta a la “superioridad en número de efectivos y de armas” rusa, agregó, citando la zona en torno a Bajmut –que Moscú intenta conquistar desde hace varios meses– y la que rodea a Vugledar, una localidad en el suroeste de Donetsk.

Las fuerzas ucranianas admitieron el miércoles que se habían retirado de Soledar, al noreste de Bajmut, ahora en manos rusas.

Según un sargento ucraniano, cuyo nombre de guerra es “Alkor“, “la batalla fue dura”.

“Todavía disparamos, seguimos y seguimos, pero tras cinco minutos llega una nueva oleada de 20 enemigos”, explica el militar. Llegan en un “número enorme. Utilizan sus soldados como carne de cañón”.