Brinda Agricultura asesoría técnica y científica para conservación de achoque en Michoacán

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La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, a través del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca), brinda asesoría técnica y científica a la comunidad purépecha de San Jerónimo Purenchécuaro, ubicada en la ribera del Lago de Pátzcuaro, para recuperar y conservar la población del achoque o ajolote (Ambystoma dumerilii).

La dependencia federal indicó que esta especie, cuyo nombre proviene del término achójki en lengua Purépecha, es endémica de Michoacán y se encuentra en la lista de especies en riesgo dentro de la categoría de sujetas a protección especial de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.

Señaló que el proyecto “Conservación de especies nativas en peligro de extinción” es desarrollado en esa comunidad del municipio de Quiroga, con financiamiento del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (IMPI) y coordinado y administrado por los habitantes de San Jerónimo Purenchécuaro.

Detalló que el esquema cuenta con asesoría técnica y científica del Centro Regional de Investigación Acuícola y Pesquera (CRIAP), adscrito al Inapesca, y de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

El jefe del CRIAP de Pátzcuaro, Andrés Arellano Torres, explicó que el propósito es establecer una unidad de manejo sostenible para las especies endémicas y nativas amenazadas, como el pez acúmara (Algansea lacustris) y el achoque o ajolote.

Se trata de una de las cinco especies dentro del género Ambystoma y en el Lago de Pátzcuaro juega un papel importante como indicador de la condición del ambiente y controla a las poblaciones de insectos y crustáceos porque es un carnívoro depredador, comentó en el Día Nacional del Ajolote.

En particular, dijo, la especie ha mantenido un alto valor nutritivo, económico y social dentro de la cultura Purépecha.

Desde épocas prehispánicas, el achoque o ajolote se ha utilizado como fuente de alimento, de medicamentos –contra enfermedades respiratorias y anemia– y suplementos de energía para niños, adultos mayores y mujeres en periodo de lactancia, expuso.

Aunado a esos factores, el investigador acentuó que el achoque se ha enfrentado a problemas de contaminación, destrucción y modificación de su hábitat, además de la introducción de especies exóticas y -con ellas- parásitos, enfermedades y competencia trófica.

Todo esto ha provocado que sus poblaciones naturales hayan disminuido drásticamente, subrayó Arellano Torres, quien recordó que esta especie también se encuentra catalogada en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) e incluida en el apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

Ante ello, el especialista destacó que la comunidad indígena de San Jerónimo Purenchécuaro será el punto de partida para incentivar a otras localidades aledañas al Lago de Pátzcuaro y adopten este modelo de conservación y aprovechamiento sustentable del achoque.

Manifestó que San Jerónimo Purenchécuaro posee condiciones físico-químicas favorables para el crecimiento y reproducción de estos organismos acuáticos, como un canal y estanque rústico –a la orilla de esa cuenca hídrica– ideales para instalar la unidad de manejo controlado para la conservación de la vida silvestre del achoque.

La estrategia de conservación ex situ consiste en colectar los huevos que, de manera incidental, quedan adheridos en las redes de pesca del lago y después serán trasladados a la unidad de conservación para llevar un correcto desarrollo hasta su eclosión, indicó.

En las instalaciones de la unidad se realizarán los trabajos necesarios para ofrecer mejores condiciones a las larvas de achoques y –tras varias semanas de eclosión– serán llevadas a canales para su aclimatación en las aguas del lago.

En ese último lugar se llevará a cabo el proceso de liberación y, de esta manera, se podría asegurar la sobrevivencia y desarrollo de esta especie, añadió Arellano Torres.

El CRIAP tiene amplia experiencia en manejo y reproducción del achoque y acúmara en condiciones controladas y, por ello, asesorará a la comunidad indígena en cada proceso para el rescate de ambas especies endémicas.

Incluso, agregó, los investigadores del Inapesca apoyarán en los cultivos de zooplancton que servirá como alimento para esas especies acuáticas.

En México se distribuyen 17 especies del género Ambystoma y a la mayoría se le ha otorgado el nombre común de “ajolote”, especie que tiene su propio Día Nacional este 1 de febrero, establecido por el Senado de la República con el fin de difundir su importancia en los ecosistemas del país y la cultura mexicana.

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, a través del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca), brinda asesoría técnica y científica a la comunidad purépecha de San Jerónimo Purenchécuaro, ubicada en la ribera del Lago de Pátzcuaro, para recuperar y conservar la población del achoque o ajolote (Ambystoma dumerilii).

La dependencia federal indicó que esta especie, cuyo nombre proviene del término achójki en lengua Purépecha, es endémica de Michoacán y se encuentra en la lista de especies en riesgo dentro de la categoría de sujetas a protección especial de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.

Señaló que el proyecto “Conservación de especies nativas en peligro de extinción” es desarrollado en esa comunidad del municipio de Quiroga, con financiamiento del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (IMPI) y coordinado y administrado por los habitantes de San Jerónimo Purenchécuaro.

Detalló que el esquema cuenta con asesoría técnica y científica del Centro Regional de Investigación Acuícola y Pesquera (CRIAP), adscrito al Inapesca, y de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

El jefe del CRIAP de Pátzcuaro, Andrés Arellano Torres, explicó que el propósito es establecer una unidad de manejo sostenible para las especies endémicas y nativas amenazadas, como el pez acúmara (Algansea lacustris) y el achoque o ajolote.

Se trata de una de las cinco especies dentro del género Ambystoma y en el Lago de Pátzcuaro juega un papel importante como indicador de la condición del ambiente y controla a las poblaciones de insectos y crustáceos porque es un carnívoro depredador, comentó en el Día Nacional del Ajolote.

En particular, dijo, la especie ha mantenido un alto valor nutritivo, económico y social dentro de la cultura Purépecha.

Desde épocas prehispánicas, el achoque o ajolote se ha utilizado como fuente de alimento, de medicamentos –contra enfermedades respiratorias y anemia– y suplementos de energía para niños, adultos mayores y mujeres en periodo de lactancia, expuso.

Aunado a esos factores, el investigador acentuó que el achoque se ha enfrentado a problemas de contaminación, destrucción y modificación de su hábitat, además de la introducción de especies exóticas y -con ellas- parásitos, enfermedades y competencia trófica.

Todo esto ha provocado que sus poblaciones naturales hayan disminuido drásticamente, subrayó Arellano Torres, quien recordó que esta especie también se encuentra catalogada en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) e incluida en el apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

Ante ello, el especialista destacó que la comunidad indígena de San Jerónimo Purenchécuaro será el punto de partida para incentivar a otras localidades aledañas al Lago de Pátzcuaro y adopten este modelo de conservación y aprovechamiento sustentable del achoque.

Manifestó que San Jerónimo Purenchécuaro posee condiciones físico-químicas favorables para el crecimiento y reproducción de estos organismos acuáticos, como un canal y estanque rústico –a la orilla de esa cuenca hídrica– ideales para instalar la unidad de manejo controlado para la conservación de la vida silvestre del achoque.

La estrategia de conservación ex situ consiste en colectar los huevos que, de manera incidental, quedan adheridos en las redes de pesca del lago y después serán trasladados a la unidad de conservación para llevar un correcto desarrollo hasta su eclosión, indicó.

En las instalaciones de la unidad se realizarán los trabajos necesarios para ofrecer mejores condiciones a las larvas de achoques y –tras varias semanas de eclosión– serán llevadas a canales para su aclimatación en las aguas del lago.

En ese último lugar se llevará a cabo el proceso de liberación y, de esta manera, se podría asegurar la sobrevivencia y desarrollo de esta especie, añadió Arellano Torres.

El CRIAP tiene amplia experiencia en manejo y reproducción del achoque y acúmara en condiciones controladas y, por ello, asesorará a la comunidad indígena en cada proceso para el rescate de ambas especies endémicas.

Incluso, agregó, los investigadores del Inapesca apoyarán en los cultivos de zooplancton que servirá como alimento para esas especies acuáticas.

En México se distribuyen 17 especies del género Ambystoma y a la mayoría se le ha otorgado el nombre común de “ajolote”, especie que tiene su propio Día Nacional este 1 de febrero, establecido por el Senado de la República con el fin de difundir su importancia en los ecosistemas del país y la cultura mexicana.