Regresa a escena la adaptación de una comedia emblemática de Shakespeare: Mucho ruido y pocas nueces

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La propuesta de esta obra se centra en el poder que tiene la palabra para construir o destruir las relaciones entre seres humanos. No es un montaje de época, sino más bien una reinterpretación con estilo contemporáneo que se mezcla con el texto original.

La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Teatro y las compañías El incendio de Isolda y Clavo Torcido, presentan Mucho ruido y pocas nueces, de William Shakespeare,con adaptación de Ramón Cadaval, bajo la dirección de Yulleni Vertti y las actuaciones de Dano Ramírez, Mariana Batista, Martín Pérez, Yulleni Vertti, Estela del Rosario, Luis Maya, José Ponce, David Lynn y Evan Regueira / Jhovardy Vences, alternando funciones. 

Esta breve temporada ocurrirá del 4 al 28 de abril; jueves, viernes y sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00 h, en el Teatro Orientación Luisa Josefina Hernández del Centro Cultural del Bosque.

Don Pedro de Aragón ha vencido en la guerra y ha sido invitado por Leonato, gobernador de Messina, a pasar unos días en su finca para festejarlo. Éste asiste acompañado de sus soldados Claudio, Benedicto y su hermano bastardo don Juan, quien ha sido derrotado. Claudio se enamora de Hero, hija de Leonato y don Pedro le ayuda a cortejarla.

Don Juan, en venganza por su derrota, decide dar por terminadas las intenciones de boda orquestando una serie de chismes, trampas y confusiones. Mientras, los invitados del festejo se coluden en un plan que tiene como objetivo casar a Beatriz, sobrina de Leonato, con Benedicto, ambos solteros empedernidos que han jurado nunca caer en las garras del amor. 

Mucho ruido y pocas nueces es un clásico que en el título propone ya un primer juego con el público. El trabajo literario de Shakespeare es provocador y, a través de las palabras puestas en boca de sus personajes, es capaz de recorrer la geografía del alma humana, así como de recordarle a las y los espectadores que el ser humano es preso de sus palabras y del uso del lenguaje.

“Esta obra surge de la necesidad de celebrar la vida después de una pandemia, y no hay lugar donde la vida sea más intensa que un escenario, es por eso que un grupo de actrices y actores decidimos jugar con la maravillosa palabra escrita por Shakespeare hace más de 400 años e invitar al espectador a transitar con nosotros las grandes pasiones del ser humano: el amor, la traición, los celos, la amistad y con ello festejar que podemos reunirnos, estar juntos y vivir”, dijo en entrevista la directora Yulleni Vertti.

El diseño de iluminación es de Patricia Gutiérrez, la musicalización está a cargo de Mariana Batista, la asesoría y coordinación de vestuario es de Erick George, mientras que el diseño de movimiento, de Farah León.