En un inesperado y violento giro de la naturaleza, la tranquila comunidad de Tepozán, en el municipio de Almoloya, Estado de México, fue azotada por un feroz tornado que dejó una estela de destrucción a su paso. Este fenómeno meteorológico, tan impresionante como devastador, desató su furia en la localidad, arrancando los techos de al menos 15 viviendas y causando un pánico generalizado entre sus habitantes.
A pesar de la magnitud del desastre, milagrosamente no se han reportado personas lesionadas. Las pérdidas, aunque significativas, se limitan a daños materiales, una pequeña gracia en medio del caos. Los habitantes de Tepozán, conmovidos pero resilientes, comenzaron inmediatamente a recoger los pedazos de sus hogares y a apoyarse mutuamente en esta difícil situación.
Las autoridades locales no han perdido tiempo. Equipos de Protección Civil y Seguridad Pública se desplazaron rápidamente a la zona afectada, realizando minuciosos recorridos para evaluar los daños y brindar la asistencia necesaria a los damnificados. La comunidad, aunque golpeada, no está sola; la solidaridad y la ayuda están llegando desde diferentes rincones del municipio.
El impacto de este tornado subraya la necesidad de estar siempre preparados ante los caprichos de la naturaleza. Los residentes de Tepozán, con una mezcla de tristeza y esperanza, comienzan el arduo proceso de reconstrucción, seguros de que juntos, y con el apoyo de sus autoridades, podrán superar este duro golpe y levantar nuevamente su querido Tepozán.