Habría más fallas sísmicas debajo de la CDMX, advierten científicos de la UNAM

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A las fallas geológicas descubiertas a principios de 2024 en la Ciudad de México, bautizadas como Mixcoac y Barranca del Muerto, podrían sumarse otras de las consideradas por la sismología como “principales”, indicaron científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La reciente alta actividad de enjambres de microsismos está relacionada con la red de fallas que los expertos aseguran se ubica bajo la capital del país, y apuntaron que la actividad humana podría estar tras esta nueva situación geofísica que suscita muchas dudas entre los científicos e inquietud entre los ciudadanos.

En el trabajo de los expertos del Instituto de Geofísica y de la Facultad de Ingeniería de la UNAM aparece un nuevo panorama sismológico de desconocidas dinámicas y consecuencias para la entidad, y los propios expertos no son capaces de saber aún si la cantidad e intensidad de los microsismos que se dan desde mayo de 2023 se ha incrementado retrospectivamente.

Sin embargo, lo que parece una certeza es que bajo la ciudad hay más fallas principales que las descubiertas hace unos meses.

Por “principales”, en la megaurbe, se consideran aquellas con una longitud mayor de 4 km, explicó a EFE Víctor Manuel Cruz Atienza, sismólogo de la UNAM.

Y es que los científicos demostraron en un estudio recientemente publicado en EarthArXiv que las de Mixcoac y Barranca del Muerto emergen en la superficie y son visibles en las cañadas del mismo nombre en el oeste de la metrópoli.

ESTUDIAN MÁS AL NORTE 

Tras esto estudian las barrancas situadas más al norte, las cuales, a juicio de Cruz Atienza, “podrían ser la expresión de otras fallas principales”.

Recordó que en este lugar se sitúa parte de la Supervía Poniente que conecta, con grandes puentes y túneles, el barrio residencial de San Jerónimo y la zona financiera de rascacielos de Santa Fe, ambas zonas densamente pobladas.

“Estamos buscando más sismos lentos, como los de mayo y diciembre de 2023 en las fallas Barranca del Muerto y Mixcoac, quizás ocurridos en otras fallas más al norte y que estén relacionados con los microsismos recientes”, señaló el experto en sismología. 

Mientras que el investigador titular del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Eduardo Reinoso Angulo, sostuvo que estos microsismos producen “daños al suelo que no ponen en peligro los edificios”.

Fue de esta forma que advirtió que el riesgo de estos fenómenos está en si se supera la magnitud 4,5.

Indicó que estos “sismos locales” son capaces de provocar “deslizamientos en las montañas”, como la zona de Ajusco, o del Periférico hacia al sur y poniente de la ciudad de México, que son consideradas las zonas habitadas más vulnerables de CDMX ante estos microsismos.

“No debemos cometer el error previo a 1985 y subestimar el potencial sísmico de estas fallas superficiales”, advirtió Cruz Atienza, al tiempo que enfatizó que los temblores con epicentro en la capital están apenas a 1 km de la superficie. 

LA DEMANDA DE AGUA 

Detrás de estos nuevos accidentes geofísicos estaría la demanda de agua de la ciudad. La sequía reciente supuso una sobreexplotación de los mantos acuíferos, “un abatimiento de agua subterránea” que pudo tener implicaciones en la ocurrencia de los sismos lentos de mayo y diciembre, coincidieron Cruz Atienza y Reinoso Angulo.

Y apuntaron que igualmente, las fuertes lluvias de las últimas semanas habrían podido detonar sismos lentos en otras fallas, explicando así los nuevos enjambres sísmicos en la capital.