Gracias a la infraestructura de vanguardia que posee, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) se posiciona como un referente en el desarrollo de vacunas experimentales y la investigación de virus tropicales, afirmó Jesús Miguel Torres Flores, investigador de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB). “Contamos con instalaciones de alta contención biológica que nos permiten estudiar virus de alto riesgo y desarrollar soluciones innovadoras para enfermedades de importancia médica en México”, aseguró.
Desde su inauguración hace dos años, el Laboratorio Nacional de Vacunología y Virus Tropicales (LNVyVT) ha impulsado proyectos de investigación enfocados en el desarrollo de vacunas basadas en adenovirus contra enfermedades como el Chikungunya y la Malaria. Además, se trabaja en vectores vacunales, vehículos que transportan información genética del patógeno al organismo, con miras a responder a emergencias sanitarias. “Hemos obtenido resultados prometedores que pronto serán reportados en revistas científicas internacionales”, adelantó Torres Flores.
El investigador destacó que el Politécnico es líder en el desarrollo de vectores virales en México, innovando mediante la identificación de nuevos virus que circulan en el país. Asimismo, reconoció el papel clave del apoyo institucional y la sensibilidad de las autoridades para promover investigaciones enfocadas en la salud pública.
El LNVyVT, certificado internacionalmente y en proceso de obtener acreditaciones ISO, ha fortalecido la formación de profesionales en microbiología y biotecnología, integrando a jóvenes comprometidos con la ciencia de frontera. Actualmente, cinco estudiantes de doctorado, ocho de maestría y varios alumnos de licenciatura realizan sus tesis en este laboratorio, que forma parte del programa de Laboratorios Nacionales del Consejo Nacional de Humanismos, Ciencia y Tecnologías (Conahcyt).
Torres Flores concluyó que, a dos años de su creación, el Laboratorio Nacional se perfila como un referente nacional en el estudio de virus tropicales y el desarrollo de vacunas experimentales, con un impacto especial en la región sureste de México. “Este tipo de investigaciones son esenciales para cuidar la salud de la población mexicana y consolidar la soberanía científica del país”, enfatizó.