La crisis de confianza en las instituciones y la democracia exige reforzar los mecanismos no jurisdiccionales de protección a los derechos humanos, aseguró Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM).
Durante su participación en el 3er Congreso Internacional y 2do Nacional de Derechos Humanos 2025, en la Universidad Autónoma de Querétaro, la ombudsperson capitalina destacó que fenómenos como los recientes procesos electorales en Alemania, Argentina y Estados Unidos, así como los intentos de linchamiento en México, reflejan esta desconfianza social.
“Más que discutir sobre cómo se denomina la institucionalidad, debemos concentrarnos en cómo la sostenemos. No podemos permitirnos perder el derecho a la información y la protección de nuestros datos personales”, afirmó.
Ramírez Hernández subrayó que, además de la crisis democrática, otros desafíos como la violencia, la conflictividad social, la crisis climática y el impacto de la inteligencia artificial en los derechos humanos requieren una atención reforzada.
En este sentido, señaló que es fundamental priorizar a grupos históricamente excluidos, como personas con discapacidad, privadas de la libertad, en situación de calle o en movilidad, garantizando su acceso a la justicia y la protección de sus derechos.
Asimismo, enfatizó la importancia del diálogo y la mediación para resolver conflictos, evitar la ruptura del tejido social y garantizar que los Organismos Públicos de Derechos Humanos (OPDH) sean efectivos.
La presidenta de la CDHCM explicó que en los últimos años, el organismo ha apostado por una mayor presencia territorial para atender los retos cotidianos en la defensa de los derechos humanos.
Destacó que las Recomendaciones emitidas por la Comisión incorporan un enfoque de género y análisis de contexto, citando como ejemplo la recomendación sobre derechos culturales de los habitantes de Tepito (12/2024) y el derecho de las personas a ser buscadas (02/2020).
Finalmente, llamó a potenciar la profesionalización de los OPDH, consolidar su vinculación con otros sistemas que trabajan con víctimas y garantizar que la defensa de los derechos humanos no quede atrapada en formalismos, sino en soluciones efectivas para la sociedad.