Un homenaje en vida: Pedro Andreu y el latido eterno del legado de Héroes del Silencio

0
8

La gira sigue el 11 y 12 en La Piedad Live Music de la Ciudad de México y el 19 de julio en el prestigioso C3 Roof de Guadalajara

Fue una tarde densa de emociones, como cuando la música deja de ser sonido y se convierte en gesto humano. En el corazón de la capital mexicana, el recinto creativo PlayHaus by Totalplay se volvió santuario del rock ibérico al recibir al baterista Pedro Andreu, figura inmortal de Héroes del Silencio, quien se presentó ante medio centenar de medios de comunicación con una mezcla punzante de gratitud, compromiso y pesar. Con la voz entrecortada, con un tanque de oxígeno a su lado, pero con la dignidad de los que nunca abandonan la trinchera, Andreu anunció que no podrá ejecutar la batería en las fechas que tenía programadas en México: el 11 y 12 de julio en La Piedad Live Music de la Ciudad de México y el 19 en el C3 Roof Stage de Guadalajara.

La altitud, esa enemiga invisible que a veces golpea sin aviso, comprometió su salud apenas llegó al país. En Toluca, en el Kiss Lounge, logró apenas tocar dos canciones antes de sentir que el cuerpo no le respondía, pero su voluntad no se quebró. Un día después, en Hendrix Satélite, apareció en escena con oxígeno asistido, no para tocar, sino para estar. Estar, en cuerpo y alma, para agradecer a los que lo siguen, para no faltar a su cita con el amor de miles de seguidores que, durante décadas, han visto en su figura el pulso rítmico de una banda que cambió el curso del rock en español.

“Me duele profundamente no poder tocar. México me ha dado tanto, me ha hecho sentir más vivo de lo que a veces mi cuerpo permite. Pero aquí estoy, y estaré en cada concierto, aunque no desde la batería, sí desde lo más profundo de mi ser”, declaró Pedro con una sinceridad que se impuso al murmullo de la prensa.

A su lado, Alejandro Pamanes, de Artemisa Music y Artemisa Estudio, tomó la palabra con un tono pausado, solidario y firme. Habló no sólo como promotor, sino como alguien que entiende que el rock es más que un negocio: es una comunidad, una red de afectos, una historia compartida que se defiende cuando más vulnerable parece. “Desde que Pedro pisó tierra mexicana, hemos estado atentos a su salud. Jamás haríamos algo que no esté a la altura de lo que representa. Por eso hoy hablamos con franqueza, porque creemos en una industria transparente, donde el arte se cuida y los artistas se respetan”.

Y en ese mismo acto de respeto surgió la solución: los conciertos no se cancelan. Todo lo contrario. Se transforman. Se convierten en un homenaje en vida a Pedro Andreu, al músico, al hombre, al símbolo. Para ello, Artemisa ha convocado a tres reconocidos bateristas mexicanos que, con admiración y entrega, se suman al tributo. Elohim Corona, de Moderatto; Gil Santiago Rangel, de DLD; y Eduardo Carrillo, de Ágora, serán los encargados de tomar las baquetas y mantener viva la llama. No reemplazan, acompañan. No suplen, celebran. “Tocar en estas fechas no es un encargo, es un privilegio. Pedro nos marcó a todos. Y hoy estamos aquí para abrazarlo con música”, señaló Carrillo, quien también estuvo presente en PlayHaus, brindando su respaldo incondicional.

Lo que originalmente sería una gira conmemorativa al legado de Héroes del Silencio, se ha convertido, por fuerza de las circunstancias y grandeza del gesto, en un acto de gratitud colectiva. Cada concierto será ahora un canto compartido a la resiliencia, un recordatorio de que la música es, ante todo, encuentro humano. “Estas fechas no son solo un show. Son una manera de decirle a Pedro que su historia sigue escribiéndose, que aquí seguimos escuchando cada golpe de tambor como un latido”, se escuchó entre los asistentes. Por lo que las fechas pendientes el 11 y 12 de julio en La Piedad Live Music de la Ciudad de México y el 19 en el C3 Roof Stage de Guadalajara siguen sin cambio.

En este contexto, el trabajo de Artemisa Music se vuelve más relevante que nunca. No sólo por su impecable logística, sino por su ética. Porque en un medio donde lo habitual sería cancelar, ocultar, reprogramar en silencio o disfrazar los hechos, esta promotora apostó por hablar claro, cuidar a su artista y sostener el proyecto con más fuerza aún. En un gesto poco común, decidieron abrir las puertas a la verdad, y eso les ha valido un profundo respeto del público y la industria.

Pedro Andreu, el mismo que hace más de treinta años llenaba estadios al ritmo de “Maldito Duende” y “Entre dos tierras”, el que dio forma rítmica a uno de los repertorios más intensos del rock en castellano, ha vuelto a México. No con la batería a cuestas, pero sí con el alma expuesta. En cada show, en cada canción, estará allí. Quizá no golpeando tambores, pero sí golpeando corazones. Porque hay artistas que no necesitan tocar para seguir haciendo ruido.

Y el suyo, el de Pedro, sigue resonando. Más fuerte que nunca.