Violencia en CDMX pondría en riesgo elecciones: IBERO

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· La CDMX vivirá votaciones con normalidad si el gobierno manda señales de que tienen la seguridad bajo control

· Los hechos de violencia registrados en los últimos días son un reflejo del reacomodo de los cárteles

Los habitantes de la Ciudad de México podrían dejar de salir a las urnas el próximo 1 de julio, a ejercer su derecho ciudadano, ante los hechos de violencia que han ocurrido en la capital del país, señalo el Mtro. Erubiel Tirado, coordinador del Programa de Seguridad Nacional y Democracia en México de la Universidad Iberoamericana.

Para el especialista en seguridad nacional, si las autoridades de la CDMX mandan la señal de que la seguridad de la ciudad está bajo control —y que no pasarán más hechos como los ocurridos en días pasados en la avenida Insurgentes, en donde se encontraron cuerpos desmembrados—, se llevará a cabo una votación con normalidad.

“La gente puede verse inhibida para ejercer su voto porque existe la posibilidad de que continúen estos hechos de violencia hasta el día de las elecciones o en la víspera de los comicios”, añadió el académico.

Hace unos días, el jefe de Gobierno de la CDMX, José Ramón Amieva, reconoció que los cárteles del narcotráfico que operan en Jalisco, Guerrero y Morelos proporcionan droga y armas a narcomenudistas de la CDMX.

Tirado señaló que el reconocimiento de la situación por parte del mandatario local marca una diferencia con respecto a su antecesor, Miguel Ángel Mancera, candidato al Senado por el ‘Frente’, quien negaba actividades de grupos de la delincuencia organizada en la capital. Sin embargo, la declaración de Amieva es un eufemismo, pues por cómo se han manifestado los hechos de violencia es un tema de narcotráfico en la CDMX, no sólo de narcomenudeo.

“La violencia no se generó de la noche a la mañana, no se puede deslindar a quienes han gobernado la Ciudad de México. El problema siempre ha existido, pero ha evolucionado y han cambiado los términos sobre cómo se manifiesta y cómo se controlaba anteriormente”, explicó.

Añadió que la CDMX, per se, es un lugar estratégico importante para cualquier actividad económica licita o ilícita; por lo cual, sería ingenuo pensar que las organizaciones criminales no pasarán por esta ciudad. “Una cosa es que no se manifestaran en términos de violencia y de romper una regla no escrita de no calentar la plaza para poder realizar sus operaciones”.

Para el especialista en seguridad nacional, lo que está ocurriendo en la CDMX es un reflejo de “los acomodos” que están sucediendo en diversas partes del país y del cual la CDMX ya no es ajena —tal es el caso del Cártel de Jalisco Nueva Generación—, situación que pone a la ciudadanía en una circunstancia delicada.

“Las autoridades han sido rebasadas. Hay una especie de relajamiento porque la CDMX es el asiento de la primera zona y comandancia general de la Sedena, de la Marina, de la Policía Federal. Además de que en la capital se tiene a una de las policías más numerosas del país. Por definición, este esquema de estado de fuerza por mucho tiempo ha fungido como un mecanismo que contiene la manifestación violenta de los grupos del crimen organizado. Pero a nivel federal, y por el esquema de transición y momento político que se vive, no se manifiestan con este esquema de operativos conjuntos”, explicó.

Recordó que durante el gobierno de Mancera, la CDMX tenía un esquema escudo para evitar la penetración de los cárteles y las manifestaciones de violencia en la ciudad. Dicho escudo se trataba de una conformación interinstitucional, de coordinación con fuerzas locales y fuerzas estatales de contención y prevención para controlar la penetración de los grupos criminales en la CDMX. “Evidentemente, ya no está funcionando o fracasó”, añadió.

Por esta razón, el Mtro. Tirado aseguró que las declaraciones del jefe de Gobierno de la CDMX son un llamado a la colaboración y a la ayuda de las instancias federales, pero en un momento en el que políticamente esto tiene costos.

“Considerando que los políticos cuidan mucho la imagen, por eso no reconocen los problemas y no llaman las cosas por su nombre. Por eso, si recurren a esquemas de contención y emergencia, es un reconocimiento de debilidad que se traduce en desventaja política para ellos como tomadores de decisiones; lo cual es un error, porque la cuestión es ver la situación de Estado y que se tiene que resolver el problema independientemente de los costos políticos”, explicó.