Ciudad de México.- Con el objetivo de fomentar el acceso a los bienes artísticos y servicios educativos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en 112 colonias de alta y muy alta marginación de la capital del país, fortalecer la cooperación con el gobierno de la Ciudad de México en materia de acceso a la cultura, así como favorecer la vinculación con organizaciones comunitarias, este viernes 20 de julio inicia el Programa de acción cultural comunitaria.}
El INBA, además de la labor que realiza en espacios institucionales, establece contacto y diálogo con centros culturales comunitarios de las 16 delegaciones de la Ciudad de México, ubicados en colonias y barrios con características de alta marginación, para diseñar programas culturales con ellos, a fin de generar una nueva relación con procesos autogestivos de ciudadanía para el desarrollo cultural.
Actividades de ópera y danza para alentar a la gente a acercarse a la cartelera del INBA, así como visitas extramuros de los museos Nacional de la Estampa, Nacional de San Carlos y Mural Diego Rivera, cuyo objetivo es propiciar una labor social con actividades lúdicas, didácticas y de promoción en torno al aprendizaje de las bellas artes, son con las que inicia el programa.
En una labor “todoterreno” se ha realizado contacto con 60 espacios de barrios y colonias, con la finalidad de que la presencia del INBA sea recibida y organizada con ellos, estableciendo un diálogo para detectar necesidades y planear las actividades.
Juan Carlos Díaz Medrano, director de Enlace y Seguimiento del INBA, indicó que se quiere establecer un vínculo para que, en el futuro, el trabajo, vocación y propósitos que persigue el INBA de la difusión de las bellas artes encuentren eco con este tipo de organizaciones.
Las actividades piloto con las que inicia el programa son de sensibilización institucional con el espacio cultural. “Más allá de la divulgación propia de la disciplina, lo que buscamos es el diálogo con ellos”, dijo Díaz Medrano.
Comentó que particularmente el programa se interesa en identificar las necesidades de los jóvenes, así como participar en los procesos que tienen de creación y que son muy novedosos, como sus expresiones en artes visuales y dancísticas, que sepan que el INBA les ofrece amplia oferta de posibilidades de formación, de divulgación y de acceso a la cultura.
La Coordinación Nacional de Música y Ópera, el Centro de Producción de Danza Contemporánea, una compañía de danza y un colectivo de cantantes, ambos independientes, además de los cuatro recintos museísticos, participan en esta primera etapa, para posteriormente sumar grupos artísticos del INBA y que la presencia institucional, procesos de producción y creación sean más visibles a la población.
Destacó que los espacios en los que se llevarán a cabo estas actividades no son convencionales para la divulgación de la cultura, son lugares que la ciudadanía habilitó: una cancha, un basurero, espacios que han peleado para abatir la problemática que los rodea y que la sociedad ha rescatado y se ha organizado para desarrollar ahí procesos de cultura.
Hasta el momento se ha hecho un trabajo de diálogo en más de cien colonias y barrios, cuya característica principal es encontrarse dentro de los índices de alta y muy alta marginación de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Social de la Ciudad de México.
“Además de lo que se hizo en albergues durante el sismo, en hospitales para la resiliencia de enfermos y con personas de la tercera edad, estamos dirigiendo las acciones del INBA hacia el contacto con las organizaciones civiles. Estamos ampliando la cobertura, las posibilidades de diálogo con el público, identificando y reconociendo los procesos que la ciudadanía ha implementado para su práctica cultural”.
Con la intención de potenciar el impacto del programa, la Subdirección de Bellas Artes emprendió un proceso de socialización a través del acercamiento con 24 colectivos culturales y las mesas directivas de 16 mercados en seis demarcaciones de la ciudad. El objetivo de este proceso fue propiciar la participación de las y los habitantes de la ciudad en la calendarización y cogestión del programa.
Este trabajo abre camino hacia la oportunidad de profundizar y sostener la continuidad del Programa de acción cultural comunitaria con la participación de agentes comunitarios que realizan un trabajo permanente de promoción y animación sociocultural en sus territorios.