El diputado Juan Romero Tenorio (Morena) informó que promueve una iniciativa para plasmar en el muro de honor de la Cámara de Diputados la leyenda “Al Movimiento Estudiantil del 68”, en el marco del 50 aniversario de la “tragedia de Tlatelolco”, el próximo 2 de octubre.
“Tenemos que recuperar nuestra memoria para no repetir los mismos errores y para fortalecer un sistema democrático, que está cambiando el sistema político que exige un compromiso con la dignidad de todas y todos los mexicanos”, sostuvo en un comunicado.
El legislador indicó que presentó, ayer martes, una iniciativa ante el Pleno de la Comisión Permanente, que sesiona en el Senado, para recordar ese suceso histórico.
Destacó que los diputados promoventes de esa iniciativa son: Maricela Contreras Julián, Virgilio Caballero Pedraza, Alicia Barrientos Pantoja y Romero Tenorio, todos de Morena.
El legislador explicó que inscribir la leyenda “Al Movimiento Estudiantil del 68”, a 50 años de este acontecimiento, significa reconocer a los movimientos sociales y políticos que exigían libertad y un estado de derecho en la década de los 60, como los que también se suscitaron en Praga y Paris.
Sostuvo que, si el 22 de julio del 1968, el gobierno no hubiera utilizado la fuerza brutal contra los estudiantes, no se hubiera desatado toda una serie de acontecimientos de represión que culminarían en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, el 2 de octubre de ese año, puntualizó.
Reconoció la importancia de que la propia Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) haya anunciado que realizará una serie de eventos para recordar este movimiento estudiantil y recuperar la memoria histórica de tan importante hecho.
“Dos de octubre no se olvida”, es un grito que hemos repetido mucho desde nuestra época estudiantil y se sigue repitiendo cada año, externó.
Asimismo, el diputado Romero Tenorio consideró que el blanco de las protestas del 68 no era sólo el sistema político antidemocrático, sino también “la estructura autoritaria de la familia, la represión de la sexualidad, el rechazo al discurso hegemónico”.
“La posibilidad de disentir se convirtió en un derecho legítimo y una sola frase del ex rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, ‘viva la discrepancia’, tuvo más peso que todos los discursos aduladores al Presidente en el 68”, concluyó.