CONTRAFILO: “Pues no llegué”

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Por José García Segura

Debido a los aguaceros recientes y por negarse a usar el avión presidencial, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha quedado varado dos veces en menos de una semana. La primera vez espero más de cuatro horas en Huatulco, Oaxaca al no despegar el avión patito de Viva Aerobús.  La segunda vez aguardó seis horas en Ciudad Obregón, Sonora tras el retraso de Aeroméxico.
Pese a esa situación, el mandatario mantiene su rechazo a los aviones gubernamentales: “No me voy a subir al avión presidencial; me daríapena, se me caería la cara de vergüenza subirme a un avión lujoso en un país con tanta pobreza”
La austeridad republicana de AMLO, como esa de viajar en vuelos comerciales y ajustar su agenda de trabajo a horarios inciertos va en contra del plan de seguridad que como Jefe de Estado y de Gobierno debe tener.
Déjeme decirle que no estamos hablando del Peje, ni del Peje dente, mucho menos del “presidente legítimo”. Nos referimos al presidente electo de México y, a partir del 1 de diciembre, el presidente constitucional.
Por seguridad nacional y para evitar un atentado que ponga en riesgo su vida y la de quienes utilicen el mismo vuelo comercial que él, debe transportarse, pero ya, en aviones oficiales.
Si no quiere el TP-01 “José María Morelos” que se suba al TP-02 “Benito Juárez”. Es claro que López Obrador no tiene oficialmente el mando, pero tampoco anda de paseo.

Cuando sea presidente tendrá a su disposición los aviones y helicópteros de la fuerza aérea a fin de que nunca diga “pues no llegué” a eventos oficiales en México o el extranjero.

Imagine usted un viaje del presidente mexicano a la ONU en Nueva York a bordo de Viva Aerobús o un aguacero como el de Sinaloa en Aeromar; tal vez un sismo en Oaxaca a bordo de Volaris.

¿Qué tal un huracán en el sureste desde Interjet, rodeado por secretarios de Estado, congresistas,  Empresarios…sin una red de comunicación?

Como reportero tuve oportunidad de viajar en el avión presidencial al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) realizado en Japón y Malasia al que asistieron Jefes de Estado y de Gobierno de 47 países.

En el avión presidencial asistí a la Cumbre Iberoamericana en San Carlos de Bariloche, Patagonia, Argentina. Participaron representantes de 21 países, destacadamente el comandante Fidel Castro, el Rey Juan Carlos de Borbón, José María Aznar, Carlos Saúl Menem, Eduardo Frei, Violeta Chamorro, Alberto Fujimori, Julio María Sanguinetti y Rafael Caldera.

La logística y seguridad en ambos eventos fue impresionante. Igual los sistemas de comunicación satelital para los asistentes. 
En el caso que nos ocupa, no miramos en Andrés Manuel López Obrador al ser humano sino a la institución presidencial.

Su logística y seguridad personal debe estar a cargo de soldados y marinos especializados, no de guardaespaldas o “gacelas” ajenas al tema.

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