Ciudad de México.- Al recordar 50 años de la matanza de Tlatelolco, recordamos un crimen de Estado que aún espera justicia; un movimiento que cambió a México y dejó una huella profunda en el corazón de todos nosotros. En 1968, miles de jóvenes salieron a la calle a exigir su derecho a ser libres, únicos y diferentes para abrir las puertas a la democracia y exigir diálogo directo con las autoridades contra el autoritarismo.
Así lo señaló Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa, durante la ceremonia luctuosa en la que izó la Bandera Monumental de México en la Plaza de los Hombres Ilustres de Iztapalapa, donde además agregó que los estudiantes de 1968 se levantaron contra la guerra, la discriminación racial, sexual, las injusticias y la desigualdad.
El “2 de octubre no se olvida” porque a los jóvenes estudiantes se les respondió con la represión de las armas, balas y bayonetas, cuya barbarie se impuso ante la negación de la palabra y la vida, pero los estudiantes triunfaron. Su lucha y sus sueños fueron semilla de miles de luchas que poco a poco han transformado a México y a ellos les debemos este momento histórico de México.
Clara Brugada recordó a José Emilio Pacheco, quien dijera que esa tarde de octubre, cuando “el olor de la sangre mojaba el aire” y “el miedo y vergüenza” dominaban a los mexicanos, por un crimen que a 50 años sigue impune, por un sistema judicial que ha protegido a los responsables.
También enfatizó que aún ahora “no sabemos la verdad, la impunidad cubre a los criminales y ese crimen que se mantiene sin castigo, y sus responsables, han sido protegidos por nuestro sistema judicial”.
La primera alcaldesa de Iztapalapa consideró que ante estos hechos lamentables se apuesta al olvido, pues se espera que haya un escándalo mayor o un crimen más aterrador que ahogue los reclamos de justicia en la desmemoria, en la oscuridad de las procuradurías y en los sótanos de los archivos judiciales.
Brugada Molina enfatizó que los resultados electorales de pasado primero de julio son parte del movimiento pacífico que busca acabar con la desigualdad, y por ello “le debemos a ellos, los estudiantes de 1968 y todos los que han luchado toda su vida, un buen gobierno”, por lo que se encabezará un compromiso democrático, con voluntad inquebrantable para lograr una transformación verdadera.
Puntualizó que los funcionarios de la alcaldía de Iztapalapa no serán burócratas con excusas, que tendrán el espíritu y el compromiso de los jóvenes del 68 que desafiaron a un Estado autoritario y lograron el triunfo de la libertad y de la transformación de México en beneficio de las familias.