El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, admitió que no logrará aprobar cambios en el sistema de pensiones en lo que queda de este año, lo que representa una muestra de las dificultades que el próximo mandatario tendrá para sacar adelante reformas económicas impopulares.
“Sabemos que (las reformas a) las pensiones son complicadas”, dijo el lunes Bolsonaro, quien hoy viaja a Brasilia para reunirse con miembros del Legislativo, la cúpula judicial y su equipo de transición.
Apoyado por más de 57 millones de votos, Bolsonaro manifestó su interés en que la Cámara de Diputados aprobara algunos cambios en el sistema de pensiones, considerado insostenible y que este año será deficitario en 58 mil millones de dólares.
Sin embargo, la actual cámara baja, que será renovada en más de la mitad de diputados a partir de enero de 2019, no parece dispuesta a aprobar cambios, mientras los presidentes del Congreso y el Senado se mostraron reacios a dar trámite a una reforma de gran calado en la actual legislatura.
Bolsonaro, un exmilitar que admitió “no saber nada de economía” y dejó en manos de un ultraliberal la dirección de la mayor economía de América Latina, prometió reducir el déficit de las cuentas públicas por medio de reformas en las pensiones, privatizaciones y reducción del número de funcionarios.
Sin embargo, a pesar de su victoria electoral en las presidenciales, la gobernabilidad de su Ejecutivo –que se basa en la capacidad de tener apoyos en el Legislativo- es una incógnita.
El principal índice de la Bolsa de Sao Paulo, que se acercó a los 90 mil puntos y registró récords históricos tras la elección de Bolsonaro, caía este martes más de 1.0 por ciento y, en la última semana, perdió más de cinco mil unidades.