Ciudad de México.- Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) trabajan en el desarrollo de una herramienta de diagnóstico específico, sensible y rápido que permitirá diferenciar la Leishmaniasis de otras enfermedades como la lepra, cáncer, tuberculosis y micosis cutáneas, ya que las manifestaciones clínicas son muy parecidas.
En México hay poblaciones que por habitar en zonas selváticas podrían estar expuestas al parásito causante de este padecimiento, por ello desde hace más de una década, el grupo de científicos a cargo de Amalia Monroy Ostria, de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB), del IPN, ha evaluado y caracterizado mil pacientes con esta enfermedad que se presenta en tres clases de lesiones tipo úlceras o granulomas y que afectan la piel (L. cutanea), las mucosas (L. mucocutanea) o los órganos internos (L. visceral).
Con los resultados de estos estudios se ha logrado copilar la información biomolecular necesaria para identificar las especies de estos parásitos protozoarios que originan los diferentes tipos clínicos de Leishmaniasis, como Leishmania mexicana y Leishmania amazonensis, entre otras, además de infecciones mixtas que involucran también a la Leishmania braziliensis.
Con esta información contenida en una base de datos, además de las pruebas de tinción y cultivo a las que se someten las muestras de tejido del enfermo, será mucho más fácil y rápido para el especialista determinar si efectivamente se trata de Leishmaniasis y la especie exacta del parásito que la ocasiona.
Lo anterior, permitirá brindar al paciente el tratamiento adecuado y la dosis correcta para atacar de manera contundente a este parásito que es transmitido al ser humano por la picadura de más de 90 especies de flebotominos (mosquitos y moscas conocidas como “papalotillas”).
En México, la Leishmaniasis es endémica de zonas tropicales y subtropicales principalmente de los estados de Nayarit, Guerrero, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Veracruz.
La importancia de esta investigación radica en que la clasificación de las múltiples especies y subespecies de Leishmania es muy difícil, ya que para su plena caracterización se requieren estudios bioquímicos, inmunológicos y de biología molecular.
Este proyecto con el que los estudiantes Marco Antonio Cortés Martínez y Geovanny Alejandrino Castañeda Beltrán se titularon como químicos bacteriólogos parasitólogos, podría generar herramientas útiles para que los médicos de las zonas endémicas identifiquen a tiempo la enfermedad y la controlen.