Contrafilo
José García Segura
Luis María Aguilar, ministro presidente de la Suprema Corte y del
Consejo de la Judicatura Federal dejará finalmente el cargo este lunes
31 de diciembre.
Se irá, eso sí, con una elevadísima pensión, digamos que mucho más
alta que la que recibe la secretaria de gobernación y ministra
jubilada del alto tribunal, Olga Sánchez Cordero.
El hueco que deje Aguilar para el periodo 2019- 2022 será ocupado por
un allegado al presidente Andrés Manuel López Obrador, o, mejor dicho,
por alguien cercano a doña Olga Sánchez Cordero, al líder senatorial,
Ricardo Monreal o al presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio
Muñoz Ledo.
La pregunta es si el nuevo titular del Poder Judicial nadará de a
muertito en una Corte revocadora de sentencias o cuestionará al
mismísimo ejecutivo federal.
El Presidente de México y líder de MORENA tiene a su favor dos de tres
poderes; en el momento que quiera, ¿el Poder Judicial estaría de su
lado?
Así como en la Corte, en la Comisión Nacional de Derechos Humanos
(CNDH) los salarios son igualmente elevados.
Medio centenar de funcionarios, encabezados por el presidente del
organismo, Luis Raúl González Pérez gana arriba de los 300 mil pesos
mensuales.
Y ya que hablamos de dinero, déjeme le cuento que la secretaria del
Trabajo y Previsión Social (STPS), Luisa María Alcalde despidió a
Basilio González Núñez, el cacique de la Comisión Nacional de Salarios
Mínimos.
Hoy día, el salario mínimo del trabajador mexicano es de 88.36 pesos
diarios mientras que la nueva burocracia tendrá un ingreso diario
estimado en 80 salarios mínimos.
Como presidente, Andrés Manuel López Obrador recibirá, mes a mes, el
40% de lo que ganaba su antecesor; es decir, 108 mil pesos, más
compensaciones.
Los ministros de la Corte y la elite en la CNDH se montaron en sus
reales y dijeron no a la baja salarial.
Con sus amparos pusieron bajo tierra aquello de que “nadie puede ganar
más que el presidente de la República”