Se acercan los últimos días para visitar Kandinsky. Pequeños mundos, una muestra que presenta, por primera vez en nuestro país, una panorámica de lo que ha sido la producción pictórica de este artista ruso y que reúne en un solo lugar más de 50 obras que pertenecen a distintos recintos.
Con el fin de que más gente disfrute de las obras de Kandinsky, poseedor de una de las carreras artísticas más prolíficas y polifacéticas del siglo XX, el sábado 26 y domingo 27 de enero (últimos días de la exposición) habrá un horario extendido, de las 10:00 a 22:00, en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
“El artista es la mano que, mediante una tecla determinada, hace vibrar el alma humana”, frase de Kandinsky que se ha convertido en una profecía en México, ya que ha hecho vibrar el alma de miles de personas desde su inauguración en octubre de 2018; mismas que han hecho largas filas para ingresar y apreciar la obra de uno de los artistas más importantes de todos los tiempos.
Y es que la mayoría de la gente sabe que para presenciar estas obras de Kandisnky es necesario visitar The State Tretyakov Gallery, The Pushkin State Museum of Fine Arts, el Centre Georges Pompidou de París, The Solomon R. Guggenheim, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York y Los Angeles County Museum of Art, entre otros sitios, de los cuales provienen las piezas y que solo se encuentran reunidas bajo esta exposición.
La exposición, bajo la curaduría de Miguel Fernández Félix y Xavier de la Riva, ofrece una visión panorámica de la obra de Kandinsky, desde su proceso a la abstracción (en donde el artista abandonó la tradición pictórica de su época) hasta llegar a la “necesidad interior” y convertirse en uno de los pioneros más importantes del arte abstracto.
Kandinsky sintió afinidad por las artes desde muy joven. Sin embargo, en un inicio, por decisión de sus padres, estudió piano, chelo y dibujo, pero en 1895 se rebeló contra esto y decidió rechazar un puesto académico para dedicarse a su verdadera pasión. Fue así como su vida artística se desenvolvió en contextos culturales muy distintos: Múnich, Moscú, Weimar, Dessau y París.
El carácter diletante y el espíritu revolucionario de este abogado, economista, etnógrafo, artista, esteta y maestro le permitió tener una postura artística expansiva, lo que le facilitó asimilar gran parte del ethos de los movimientos vanguardistas que predominaban en cada una de las ciudades por las que transitó.
Organizada en cinco secciones temáticas con obras de siete colecciones internacionales, cada conjunto revela una variedad de maneras, motivos, esquemas y configuraciones que expresan las impresiones que el pintor experimentó en sus viajes por regiones y culturas que enriquecieron su paleta con tonalidades nuevas, más vivaces e intensas.
Los núcleos se titulan Raíces rusas, La inundación del color, Sinfonías de Moscú, Abstracción geométrica y Microcosmos, cuyo fin es generar referencias historiográficas para que el público mexicano pueda comprender las transformaciones sociales y los contextos culturales que influenciaron la siempre cambiante y siempre expansiva poética del artista.
En la exposición se presentan herramientas de mediación, como una línea del tiempo; un facsimilar y glosario ilustrado: Versos sin palabras, que es la reproducción de las trece xilografías de la publicación de 1903; videos musicales en los cuales se resaltará la relación que el artista tuvo con la música y con algunos compositores contemporáneos, y videos narrativos que explican el contexto del artista, así como infografías y cédulas ilustradas.
