¿Cómo afecta a los niños un divorcio violento de sus papás?

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El grado de agresión que viven las familias que están pasando por un proceso de divorcio puede ser alarmante. “Los padres de familia no se dan cuenta del daño que les causan a los niños pequeños e incluso a los adolescentes. Los menores no pueden procesar esos niveles de agresión, no entienden lo que sucede y en la mayoría de las ocasiones se culpan por ello, lo cual es ciertamente injusto. En un proceso de terapia psicológica uno de los grandes objetivos es precisamente detener la violencia y, concientizar a las padres del daño que están haciendo a sus hijos”, explicó la Dra. Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI).

Según datos de la clínica del organismo, ocho de 10 parejas con hijos y que viven un proceso de divorcio presentan índices de agresión muy altos; en casi todos los casos, los hijos se siente responsables de tal separación y cuatro de cada de papás o mamás los utilizan para agredir a su contraparte.

Algunas de las consecuencias que padecen los niños son:

Malas calificaciones. La energía que deben dirigir al aprendizaje no está libre porque están enfocados en el divorcio y pleitos de sus papás.
Se vuelven más agresivos hacia sí mismos y hacia sus compañeros. Toda la agresión que viven en su casa la canalizan de forma autodestructiva o bien comienzan a hacer bullying o a ser agredidos.
Siempre están muy enojados o retraídos. Se polarizan sus emociones, no son estables.
Desconfianza de las figuras de autoridad: le temen o retan a sus maestros.
Conflicto de lealtades. Viven entre la espada y la pared – si papá y mamá hablan mal de ellos con el hijo, éste no sabe qué papel jugar.
Profundo sentimiento de desesperanza. Si las personas que más amas se destruyen y lo agreden, ¿qué se puede esperar de los demás?
Se vuelven niños invisibles para sus padres. Hacen todo por ser vistos: se vuelven berrinchudos, desafiantes y a veces ingobernables.
Creen que tienen que resolver los problemas de sus papás. Son niños y no logran entender que no es su responsabilidad.
Se sienten culpables. Creen que ellos son los causantes no sólo de la separación sino de la agresión entre sus padres.
A largo plazo podrían guardar mucho resentimiento a sus padres y les puede costar trabajo entablar relaciones de pareja o amistosas porque no tienen confianza en los demás.

“Es fundamental que acudan a terapia psicológica. El objetivo es deslindar al niño del conflicto, lo cual puede lograrse rápidamente. Lo más complicado es que los padres tomen conciencia del daño que le están haciendo a sus hijos y que comprendan que se divorcian de su pareja pero no de sus hijos.”, concluyó la Dra. Claudia Sotelo Arias.