Los avicultores demandaron a la Secretaría de Economía (SE) que se respeten “las reglas del juego” pactadas en los acuerdos comerciales y aplicar las cuotas antidumping a las importaciones de pierna y muslo de pollo provenientes de Estados Unidos.
Con el comercio desleal se ha registrado un crecimiento de 3.0 por ciento anual, cuando este oscilaba entre 5.0 y 6.0 por ciento, puntualizó el presidente ejecutivo de la Unión Nacional de Avicultores (UNA) Arturo Calderón Ruanova.
Dijo a Notimex que en 2018 se importaron 445 mil toneladas de piernas y muslos a precios dumping, lo que representó un valor de 439.6 millones de dólares. “Se está compitiendo con un producto idéntico y que viene a la tercera parte de su valor”.
Sólo durante ese año se adquirieron 517 mil 270 toneladas del total de la carne de pollo, lo que tuvo un valor de 566.2 millones de dólares, de acuerdo con cifras de dicha agrupación.
Esa situación comercial, manifestó, ha orillado a los avicultores a dejar de producir 250 millones de aves en México y de generar unos 100 mil empleos indirectos e indirectos.
El efecto del antidumping ha repercutido de manera grave en la industria mexicana, pues se ha dejado de invertir y de dar valor agregado al producto. “Simplemente hay quienes encuentran en los productos americanos la forma de hacer su negocio”, expuso.
Para Calderón Ruanova lo anterior es preocupante, porque de nada ha servido tener tantos acuerdos comerciales ni haber pactado reglas cuando las autoridades determinaron no cobrar las cuotas compensatorias al país vecino del norte.
El 6 de agosto de 2012, la Unidad de Prácticas Comerciales Internacionales (UPCI) de la Secretaría de Economía, emitió la resolución final de la investigación antidumping y determinó que sí existieron ventas de pierna y muslo por debajo de sus costos de producción, por lo que impuso un arancel compensatorio de entre 25.7 y 127.5 por ciento.
El representante de la UNA comentó que dicha resolución fue nuevamente validada el 28 de agosto de 2018, empero, “la autoridad decide no cobrar las cuotas compensatorias”.
“Eso es verdaderamente perjudicial para las empresas, tanto mexicanos como de capital extranjero, porque están viendo afectado su negocio y su competitividad por prácticas desleales de comercio”, lamentó.
No obstante, Calderón Ruanova apuntó que también existe la posibilidad de ampliar el volumen del cupo unilateral de importación de 300 mil toneladas de carne de pollo de terceros países, con los que México no tiene tratado comercial, y Brasil es principal proveedor.
El cupo, aseguró, está próximo a cubrirse al 100 por ciento, aunque su vigencia concluye en diciembre en 2019, y “ese es el temor que también tenemos”.
Lo anterior porque el creciente volumen de importaciones de piernas y muslos de Estados Unidos, aunado a las pechugas de pollo provenientes Brasil, representan ya 13 por ciento de la producción nacional, indicó.
Insistió en que la avicultura mexicana de ninguna manera demanda proteccionismo arbitrario, “sino simplemente queremos que las reglas del juego, que pactaron en los tratados internacionales, se respeten”.