El Congreso de Estados Unidos apunta este jueves a poner fin a una disputa sobre seguridad fronteriza con una ley que ignoraría la solicitud del presidente Donald Trump de contar con 5 mil 700 millones de dólares para construir un muro en la frontera de su país con México, pero evitaría otro cierre parcial del Gobierno.
A última hora del miércoles, los negociadores dieron los toques finales a la legislación que permitirá financiar el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) hasta el 30 de septiembre, el final del año fiscal, junto a una gama de otras agencias federales.
A pocas horas de la fecha límite de la medianoche del viernes, cuando los fondos operativos expiran para las agencias que emplean a unos 800 mil trabajadores en el DHS, los departamentos de Agricultura, Comercio, Justicia y otros, el Senado y la Cámara de Representantes intentaban a contrarreloj aprobar la legislación este jueves.
Eso daría tiempo a Trump para revisar la medida y promulgarla antes de que expire la financiación temporal de aproximadamente una cuarta parte del Gobierno.
Si el Congreso no aprueba la ley se cerrarán muchos programas gubernamentales, desde el que mantiene los parques nacionales a las capacitaciones de controladores de tránsito aéreo por segunda vez este año.
“Este acuerdo niega la financiación del muro fronterizo del presidente Trump e incluye varias medidas clave para hacer que nuestro sistema de inmigración sea más humano”, dijo en un comunicado la presidenta de la Comisión de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara de Representantes, la demócrata Nita Lowey.
De acuerdo con asesores del Congreso, la versión final de la legislación le dará a la administración de Trump mil 370 millones de dólares para ayudar a construir 88.5 kilómetros de nuevas barreras físicas en la frontera suroeste del país, mucho menos de lo que el mandatario ha estado exigiendo.
Este es el mismo nivel de financiamiento que el Congreso asignó a medidas de seguridad fronteriza el año pasado.
Desde que postuló a la presidencia en 2016, Trump ha estado exigiendo miles de millones de dólares para construir un muro en la frontera suroeste, asegurando que la “crisis” migratoria requiere una respuesta rápida que permita detener el flujo de drogas ilegales y de inmigrantes indocumentados, en gran parte provenientes de América Central.
Originalmente Trump dijo que México pagaría la construcción de un muro de concreto de 3 mil 200 kilómetros, una idea que su vecino ha rechazado de plano.
Trump aún no ha dicho si firmará la legislación si la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, y el Senado, liderado por los republicanos, la aprueban, a pesar de que muchos de sus correligionarios en el Congreso lo han instado a hacerlo.
El mandatario ya aseguró el miércoles que postergaría una decisión hasta analizar la versión final de la iniciativa legal. Pero Trump, ampliamente culpado por la paralización del Gobierno que se extendió por cinco semanas hasta enero, dijo que no quería ver un nuevo cierre de las agencias federales debido a las distintas opiniones que genera los fondos para el muro.
El senador Richard Shelby, el negociador republicano que preside la Comisión de Asignaciones del Senado, dijo en una publicación en Twitter que habló con Trump el miércoles y que estaba de buen humor. Shelby le dijo a mandatario que el acuerdo es “un pago inicial en su muro fronterizo”.