Una mala toma de muestra de orina impacta en un mal diagnóstico

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Los exámenes de laboratorio clínico representan una gran fuente de información para los médicos y ayudan a brindar un diagnóstico, controlar padecimientos, detectar complicaciones de los pacientes y en general, establecer el estado de salud o enfermedad de los pacientes.

Entre el paquete de pruebas de laboratorio, el examen de orina o urianálisis es de gran utilidad diagnóstica, pues se utiliza para detectar y evaluar una amplia gama de trastornos como infección del tracto urinario, enfermedad renal y diabetes. También se emplea en la detección o control de enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, ya que se evidencia la presencia de glóbulos rojos, glóbulos blancos y cilindros que indican el daño renal asociado a diversas enfermedades reumáticas. Lastimosamente muchas veces tanto los pacientes como los profesionales del laboratorio clínico o bioanalistas consideran que esta prueba es muy básica y por consiguiente no le dan la importancia ni el cuidado como a una muestra de sangre.

En los laboratorios clínicos, existe evidencia de que el 61,9% de los errores humanos corresponden a la fase pre-analítica1, esto es, desde la toma de la muestra y la asepsia adecuada, pasando por el etiquetado, el manejo y traslado, hasta la manipulación de los equipos e instrumentos de recolección. Además de interferir en resultados incorrectos, los errores en la fase pre-analítica de un laboratorio impactan directamente en la atención integral de los pacientes2. Por esto, es muy importante fomentar una conciencia tanto en el paciente, como el laboratorista, para optimizar tiempos y recursos que faciliten la entrega oportuna de los resultados.

Existe tres errores claves en la fase pre-analítica en la toma de muestra de orina que ocasionan emitir resultados y diagnósticos erróneos, así como el reprocesamiento de muestras con un consecuente incremento de los costos:

Tiempo que tarda entre la recolección de la muestra y su procesamiento. Un urianálisis debe procesarse en un tiempo menor a dos horas de haber extraído el fluido. Generalmente no se le informa a los pacientes y a los profesionales de la salud que intervienen en la toma y transporte de las muestras al laboratorio, sobre la importancia de este tiempo. Es por ello que el laboratorio clínico, responsable de garantizar la calidad de la muestra que va a analizar, debe preguntarle a las personas cuánto tiempo ha transcurrido desde la recolección de la orina, para así garantizar si cumple o no con los estándares establecidos para su procesamiento y análisis.

Inadecuada recolección de la muestra. Al ser una muestra tomada por el mismo paciente, tenemos que instruirlo correctamente en los pasos para la adecuada recolección de la orina, porque una muestra insuficiente o contaminada nos va a afectar el resultado. Con ello, puede haber una proliferación bacteriana porque no se almacenó correctamente o no fue preservada con un tipo de aditivo que evitara la proliferación bacteriana y eso nos dará un resultado Falso positivo de una infección, además de que se pueden deteriorar los otros elementos que existe en la orina y son indispensables para el análisis.

Dispositivo o envase adecuado. Hay pacientes que consideran que las muestras pueden ser entregadas en cualquier recipiente. Por eso es fundamental, que el laboratorio provea el envase adecuado o indique al paciente las cualidades y calidad que debe tener el envase en caso de que lo deba comprar. Esto garantizará también la calidad de la muestra y evitará el derrame de muestra o roturas de los envases comprometiendo la salud del personal del laboratorio.

Adicional a las recomendaciones ya mencionadas, para reducir los errores en la fase pre-analítica es importante que hagamos uso de los dispositivos adecuados y que dependiendo de la condición de cada paciente nos van a facilitar el proceso. Contamos con dispositivos de sistemas cerrados para la toma de muestras de orina que nos ayudan a garantizar la preservación de la muestra y también protegen al profesional de laboratorio porque no tienen que destapar las muestras, sino que, a través de un dispositivo, se puede hacer la separación de la alícuota a analizar, reduciendo la exposición y los derrames.

En conclusión, debemos hacer conciencia tanto en los pacientes, como en el personal de salud involucrado en la toma y transporte de muestras, así como al personal del laboratorio, para la correcta recolección y manejo de muestras, de lo contrario seguiremos contribuyendo con la generación de nuevas solicitudes médicas y reprocesamiento de muestras, incrementando los costos, el tiempo de respuesta del diagnóstico, y más grave aún, afectando la salud de los pacientes.