El migrante procedente de Michoacán, Jorge Martínez, manifestó que se dirige a Estados Unidos porque todos sus hermanos ya laboran allá, quienes le han platicado que puede tener mejores ingresos.
Entrevistado en el exterior de la Casa del Migrante “La Divina Providencia”, manifestó que “mis hermanos se fueron yendo para el otro lado, ya nomás quedé yo, por eso me voy para el otro lado”.
Refirió que por teléfono le han dicho que allá puede tener un mejor salario y salir adelante más rápido, por eso decidió viajar para encontrarse con ellos, “y ahora estoy esperando encontrarme con el que me va a llevar”.
Explicó que la persona que los trasladará hasta el estado de California ya se puso de acuerdo con sus hermanos y le pagarán en cuanto él llegue a su lugar de destino.
“La verdad no he preguntado cuánto nos van a cobrar, pero me habían dicho que dos mil dólares. Cuando empiece a trabajar les voy a pagar a mis hermanos que juntaron el dinero”, dijo.
Expuso que en Michoacán sí hay trabajo pero al momento los sueldos son bajos, comparado con lo que le han dicho sus parientes que se puede ganar en el vecino país en el trabajo del campo agrícola.
“Para estar trabajando en el campo es lo mismo aquí en México que allá, creo yo, así que si puedo ganar más dinero pues es mejor”, expresó, además de que en el albergue obtuvo alimentos gratuitos y la posibilidad de bañarse.
Apuntó que la primera noche se quedó en un hotel de esta frontera de Sonora, porque allí quedó de encontrarse con el guía, pero posiblemente duerma unos días en la casa de los migrantes.
Mencionó que las otras personas con las que ha hablado, todas tienen la idea de que van a ganar más dinero en ese país.
De acuerdo con la ley estatal del estado de California, los trabajadores deben recibir un salario mínimo de 11 dólares por hora, equivalentes a unos 198 pesos, que en ocho horas se convierten en dos mil 178 pesos diarios.