El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal Ávila, expuso a la directora general del FMI, Christine Lagarde, las acciones del gobierno para poner al centro del desarrollo económico a las personas que durante mucho tiempo no han podido salir de la pobreza.
Aseguró que se está reforzando el Estado de derecho, se ataca la corrupción de manera efectiva “y se está dando fin a los privilegios de las grandes empresas, al terminar con las concesiones en el pago de impuestos”, y el país crecerá más que en administraciones anteriores.
“Todas estas acciones enlistadas en la agenda mundial de políticas del Fondo Monetario Internacional serán la base para lograr un desarrollo inclusivo que nuestro país necesita”, indicó.
La directora general del FMI cumplió una apretada agenda de trabajo que incluyó la reunión con integrantes de la Junta de Coordinación Política y su asistencia a una sesión especial de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
En el primer encuentro, Monreal Ávila le hizo saber que la situación económica actual de México es estable y solvente.
“Tenemos la convicción de que a través de la política mencionada podremos crecer a un ritmo superior que en el pasado. Lograrlo dependerá también de la nueva cooperación entre México y el resto del mundo”, añadió.
En tanto, en la recepción ante la Comisión Permanente, el presidente de la misma, Martí Batres Guadarrama, destacó la presencia de Lagarde por ser México un miembro del FMI, y comentó que el país vive un proceso de reformas y cambios que tocan los temas sobre la política económica y social.
La nueva experiencia mexicana puede dar lugar a una combinación virtuosa, en la que la ampliación del bienestar social no se contradiga con la necesaria disciplina financiera y fiscal macroeconómica, en un marco de decisiones soberanas del país, expuso.
El legislador subrayó que Lagarde ha abogado por revertir las políticas fiscales procíclicas y actuar contracíclicamente, es decir que en épocas difíciles y con el objeto de evitar la recesión el gasto público compensa las caídas temporales en la demanda privada.