El presidente de México ofreció el miércoles una descripción inusualmente franca de las divisiones en su gabinete después de la renuncia de su secretario de Hacienda, Carlos Urzúa.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, de izquierda, señaló que Urzúa tenía tendencias formales y anticuadas, mientras que él buscaba una transformación más radical y rápida.
“No se puede llevar a cabo una nueva política con los mismos esquemas de la política neoliberal tecnocrática”, declaró López Obrador al hablar de la renuncia de Urzúa el martes.
En su carta de renuncia, publicada el martes, Urzúa alegó que era “inaceptable” el nombramiento de funcionarios no capacitados impuestos por “personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés”.Urzua también se quejó de que hubo decisiones de política pública que se tomaron “sin el suficiente sustento”.
López Obrador dijo que Urzúa también estuvo en desacuerdo con la decisión del presidente sobre quién debía dirigir la agencia tributaria del país.
López Obrador ha alentado a las autoridades fiscales a poner fin a la práctica de larga data de condonar los impuestos adeudados por los grandes empresarios.
El presidente también se ha embarcado en una política a veces extrema de recortar el gasto y el despilfarro del gobierno, eliminando decenas de miles de puestos gubernamentales. El funcionario que López Obrador colocó dentro de la Secretaría de Hacienda para llevar a cabo esos recortes aparentemente tenía fricciones con Urzúa.
López Obrador dijo que Urzúa tuvo diferencias importantes en cuanto a los nombramientos clave para los bancos de desarrollo con el jefe de la Oficina de Presidencia, Alfonso Romo.
Los dos también tuvieron desacuerdos sobre las palabras que se usarán en el plan de desarrollo plurianual de la administración.
“Cuando les hablaba del plan de desarrollo, de estas diferencias, se pensaba que era hasta ilegal que yo hablara de saqueo, de minoría rapaz ¿Cómo en un plan de desarrollo se van a poner esos términos, esos conceptos, se van a usar esas palabras?, eso no es un plan de desarrollo, porque había un esquema”, dijo el presidente mexicano.
López Obrador afirmó el miércoles que los desacuerdos públicos eran un indicio saludable de democracia. “En un gobierno democrático y en un gobierno que tiene como propósito transformar al país, siempre existen diferencias, discrepancias”, afirmó.
La renuncia se presenta en un momento delicado para López Obrador, quien se enfrenta a las amenazas de aranceles por parte de Estados Unidos y a constantes degradaciones de las agencias calificadoras.
Se trata de la renuncia más importante del gabinete de López Obrador, y se suma a la salida en junio de Tonatiuh Guillén como titular de Inmigración y a la dimisión en mayo tanto de la secretaría de Medio Ambiente Josefa González Blanco y del responsable del Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), el principal sistema de salud pública de México, Germán Martínez.
