Los productores y exportadores de jitomates de México informaron este martes que alcanzaron un acuerdo con el Departamento de Comercio de Estados Unidos, el cual evita aranceles permanentes al producto mexicano.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos y una comitiva de productores mexicanos llevaban cuatro días negociando, en Washington, un potencial acuerdo para suspender la investigación antidumping al tomate mexicano.
“El día de hoy, en la medianoche antes de vencer el plazo legal, los productores de tomate mexicanos y el Departamento de Comercio de los Estados Unidos de América llegamos a un Nuevo Acuerdo que suspende la investigación de dumping en curso”, dijo en un comunicado Mario Robles, director de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES).
Una vez que el acuerdo entre en vigor, las exportaciones de jitomate mexicano se podrán realizar sin el pago de arancel. Asimismo, lo pagado desde el 7 de mayo hasta que el acuerdo entre en vigor, vía la cuota compensatoria de 17.56 por ciento, les será devuelto a los productores mexicanos cuando el nuevo consenso se publique en Registro Federal de Estados Unidos, apunta el documento.
Sin embargo, el acuerdo, incluye una de las propuestas más espinosas puestas en la mesa por la contraparte estadounidense, la cual contempla la inspección en frontera del 92 por ciento de los camiones para verificar la calidad de los tomates exportados.
De la misma forma, se pactaron incrementos en los precios de referencias para los tomates de especialidad y un incremento en los precios del tomate orgánico de 40 por ciento en contraste con el costo de los tomates tradicionales.
A pesar de que el nuevo acuerdo suspende la investigación antidumping, la cuota compensatoria de 17.56 por ciento sobre las exportaciones de la hortaliza mexicana permanecerá hasta que el nuevo consenso entre en vigor.
El trato será revisado en el siguiente Sunset Review que se prevé que ocurra en septiembre del 2024.
La industria del tomate de México agradece a todos los actores nacionales e internacionales que apoyaron durante casi dos años este proceso de negociación, así como al Gobierno de México; nuestra embajada en Washington y a los miembros del Senado y del Congreso que se unieron a esta causa en ambos países”, dijo Robles.
El lunes se venció el plazo clave sobre el conflicto del jitomate entre ambos países, el cual derivaría en aranceles a las importaciones de jitomate mexicano, con costos que podrían afectar a los consumidores estadounidenses.
La semana pasada ambas partes no habían alcanzado un acuerdo para poner fin a la investigación y levantar un arancel provisional del 17.6 por ciento, que entró en vigencia en mayo.
Algunos productores de EU afirmaban que México, el mayor exportador mundial de jitomate, rebajó injustamente los precios y con eso había causado daños a los agricultores estadounidenses, perjudicando a la agricultura en Florida y otros lugares. México niega que sus agricultores estén incurriendo en lo que se conoce como dumping.
Tregua incómoda
Los productores mexicanos exportan más de 2 mil millones en jitomates a EU cada año, acercándose a los aguacates que son la mayor exportación agrícola del país, y la industria genera directamente más de 1 millón de empleos.
Desde 1996, la industria del jitomate opera bajo una tregua incómoda. En ese momento, se llegó a un acuerdo para poner fin a una investigación antidumping, siempre que los productores mexicanos se adhirieran a ciertas condiciones como la fijación de un precio mínimo. Ese acuerdo se ha renovado varias veces en las últimas dos décadas, pero el gobierno de Trump abandonó el trato este año.