Antonio Ortega Martínez, Secretario de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados e integrante del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, señaló que tras la confirmación del gobernador del Banco de México de un estancamiento y desaceleración de la economía nacional (mayor a lo anticipado); queda claro que la “transformación” emprendida por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no camina y debe cambiar el esquema económico para pasar de las ocurrencias, la improvisación y el autoritarismo, a un proyecto que deje en manos de equipos especializados, la conducción de las soluciones.
“El Presidente tiene que aceptar que este estilo autocrático de gobernar donde él opina, él resuelve y él decide sobre prácticamente todos los asuntos de carácter social, político y económico, sin ser experto… En la medida en que, con ocurrencias, improvisación y solo con autoritarismo pretenda llevar la conducción y la gobernabilidad del país, no habrá una salida serena e inteligente que diseñe un futuro para México”, advirtió el legislador federal.
Ortega planteó asimismo que las afirmaciones hechas por el gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, no son noticia. Lo que sí es noticia –dijo- es que, “finalmente, López Obrador aceptó que hay una asignatura pendiente: La falta de crecimiento de la economía mexicana. Y junto a esta verdad, que se ha agotado el dicho de que: “las anteriores administraciones le dejaron un tiradero”.
“Esta es una noticia que no hay que dejar pasar: Finalmente el Presidente reconoce esto como cierto y ojalá que lo disponga a dedicar el mayor tiempo posible y el mejor esfuerzo necesario para clarificar una estrategia ordenada que contenga las consecuencias de esta desaceleración económica”, señaló tras enfatizar que “no camina, no va en marcha ninguna transformación real”.
Ortega Martínez sostuvo de hecho, que “estamos frente a tres momentos clave” para que el gobierno de López Obrador dé un nuevo impulso a la economía nacional hacia los siguientes años, y ello pasa por temas como:
1.- La resolución de las calificadoras sobre la deuda de Pemex y la consecuente vinculación con la deuda soberana, sin dejar de lado el Plan de Negocios (que es más un rescate financiero, que un Plan que permita impulsar a la empresa a fin de generar riqueza). Enfrentar mal este tema –advirtió- tendría consecuencias desastrosas para el país.
2.- La presentación del Paquete Económico 2020 que debe contener los criterios que determinarán el área de responsabilidad del gobierno para enfrentar -con orden- la crisis económica. Y también revisar la conveniencia de una reforma fiscal que contribuya a la captación de recursos ante la baja recaudación que se está teniendo.
3.- Y finalmente, lo que parece ser un elemento clave y determinante: La rectificación que el Presidente tiene que hacer frente a hechos políticos y económicos que están siendo elementos que impiden la confianza requerida para la inversión privada. Concretamente, rectificar sobre el tema del aeropuerto de Texcoco y el conflicto con las empresas constructoras de gasoductos, así como garantizar la aplicación del Estado de Derecho en México.
“Creo que, en la medida en que no se modifique la economía; no habrá mejores ingresos públicos, ni mayor gasto, y mucho menos se resuelve (por el desacierto de algunas conductas y políticas de la actual administración) el problema de la desconfianza y la incertidumbre de inversionistas privados nacionales y extranjeros. Por lo tanto, no hay empleos, salarios, ingreso público, ni mayor gasto. Más aún –aseveró- esta situación se está deteriorando mes con mes”.
“El combate a la corrupción sin orden, una austeridad mal diseñada, una operación y aplicación de programas con bajo presupuesto, ineficiente gasto y pocos resultados, nos confirman que el país requiere una nueva estrategia económica”, sentenció.
Finalmente, el legislador perredista sostuvo que el Presidente López Obrador debe confiar en la estructura institucional de gobierno que se ha constituido en las últimas décadas; así como en la capacidad de los funcionarios y en la opinión aquellos que, de buena fe, proponen, alientan soluciones y alternativas para desactivar los temores y la desconfianza y que, con programas y políticas bien planeados, con indicadores y objetivos definidos, el país pueda enfrentar esta incertidumbre que el gobernador del Banco de México confirmó ayer, y que el titular del Ejecutivo ha reconocido y aceptado.