En Iztapalapa se estima que al menos 600 mil mujeres de la demarcación han sido víctimas de alguna forma de violencia. La cifra equivale a 63 por ciento de las 949 mil 500 mujeres que se estima habitan en Iztapalapa, es decir, que más de 6 de cada 10 han sido víctimas de una agresión.
Ante estas cifras, la alcaldesa Clara Brugada Molina reconoció que la situación de violencia contra mujeres y niñas es muy grave, por eso, dijo, es urgente aplicar todas las acciones posibles para erradicar este fenómeno.
En el caso de violencia familiar, Iztapalapa es la alcaldía con mayor número de denuncias, 21 por ciento del total de la Ciudad de México. En el caso de violaciones sexuales, 72 por ciento se registran al interior de los hogares y los responsables son familiares o personas conocidas, principalmente ex parejas o amigos, seguidos de padres y primos.
Ante este contexto, la administración de Brugada Molina desarrollará un plan de acción contra la violencia hacia las mujeres basado en cuatro acciones estratégicas, cuyo objetivo es sacar de la normalidad las agresiones de todo tipo hacia la población femenina.
Este plan incluye la conformación de un grupo de orientadoras comunitarias, 50 en principio, que acudirán a las viviendas para impartir a toda la familia talleres de concientización y respeto hacia las niñas y las mujeres; también se implementará un protocolo de intervención urbana en los espacios públicos detectados como peligrosos o de incidencia de agresión sexual o de cualquier tipo a las mujeres, explicó.
Agregó que otras acciones son la concientización de los servidores públicos y de los elementos de la Policía Auxiliar adscritos a la alcaldía para intervenir de inmediato y adecuadamente en caso de violencia contra la población femenina, así como una campaña de información sobre este tema, la importancia de denunciarlo para evitar que siga como un asunto privado, cuando es público y compete atenderlo a la sociedad junto con los tres niveles de gobierno.
Además de los cuatro ejes de acción, la alcaldesa adelantó que ya se realizan pruebas técnicas para que en breve inicie un plan piloto en el que un grupo de mujeres contarán con un dije y pulseras con un botón de auxilio para que en caso de ser agredidas pidan ayuda mediante los aparatos que estarán conectados a centros de monitoreo, desde donde se enviará a la policía. La pulsera también estará conectada a tres números telefónicos de personas de confianza de la portadora para que puedan apoyarla.
Asimismo, destacó el programa de orientadoras comunitarias por una vida libre de violencia, que tendrá 50 integrantes, capacitadas para el trabajo con las familias y que comenzarán su labor en la colonia Desarrollo Urbano Quetzalcóatl y la unidad habitacional Ermita Zaragoza, dos con elevado índice de delincuencia y de violencia hacia las mujeres.
“Lo que queremos es que este tipo de mujeres acuda a las familias, toque la puerta de cada casa, agende una cita para cuando estén todos los integrantes de la familia, niños, hombres, adultos mayores, los que trabajan y llegan en la noche”, explicó la alcaldesa.
En ese primer taller familiar se debe describir la problemática y generar 12 sesiones, en las que se logre crear un clima libre de violencia en las familias y la confianza para denunciar.
Subrayó que el espacio público es donde se comete el resto de las violaciones sexuales y otros hechos de violencia hacia las mujeres y las niñas, por lo que desarrolla un protocolo de intervención urbana, que consistirá en modificar las condiciones de iluminación y de la infraestructura para dar seguridad a la población y evitar que sigan las agresiones.
Clara Brugada resaltó que otro instrumento que se utilizará en la consecución del respeto a la población femenina es el Violentómetro, desarrollado en el Instituto Politécnico Nacional, y que servirá para que las jóvenes, principalmente, pero mujeres de todas las edades puedan detectar si están inmersas en una relación violenta de noviazgo o de cualquier otro tipo y liberarse.