Doble moral de los panistas, perfeccionaron la corrupción                

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Nigromante

José Vilchis Guerrero

  En cuanto se enteró, fue el primero en voltear a otro lado, pero tuvo que dar la cara con una nueva mentira: “De la información respecto del arresto del Ing. García Luna, preciso que desconocía por completo los hechos que se le imputan. Espero que se realice un juicio justo y de confirmarse las imputaciones, se aplique la ley. Sería además una grave falta a la confianza depositada en él”.

La mentira la publicó en un Twitt, la red social preferida del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien expresó en otro mensaje que de ser ciertos los delitos por los que se acusa a Genaro García Luna, “si se demuestra su culpabilidad, que se aplique la ley”.

García Luna, hechura del panismo, escaló de un sexenio a otro en la confianza del sistema que estaba montando Vicente Fox en 2000 del que se esperaba un cambio, pero resultó más de lo mismo: el priismo pintado de azul, con las mismas mañas, con la misma gente que por años estuvo medrando con los dineros públicos.

Fox ordenó la creación de la AFI (Agencia Federal de Investigación) y la Secretaría de Seguridad Pública. En ambos, García Luna tuvo un papel preponderante. Al frente de la desaparecida Agencia Federal de Investigaciones (AFI), pretendió emular al Buró Federal de Investigaciones (FBI) para combatir al crimen organizado y ahí se mantuvo hasta finalizar el sexenio fallido de Fox en 2006, de donde brincó a la SSP del sucesor, Felipe Calderón Hinojosa.

Pero más de lo que trascendió en los medios del ilustre personaje caído en desgracia, los servicios de inteligencia de Estados Unidos tienen un amplio y detallado expediente acerca de los presuntos nexos de Genaro García Luna con el narcotráfico, revelaron fuentes de la DEA. 

El personaje se ganó la confianza de Calderón, pero a los ojos de los demás siempre fue una figura truculenta y misteriosa para el gobierno de Estados Unidos, que por muchos años estuvo al margen y evitó comentar sobre los reportes de sus posibles nexos con el crimen organizado. Su silencio trascendió el sexenio de Calderón y luego al de Peña Nieto, por un imaginario pacto de impunidad.

Los servicios de inteligencia de Estados Unidos tienen un amplio y detallado expediente acerca de los presuntos nexos de Genaro García Luna con el narcotráfico, revelaron a Proceso fuentes de la DEA, según un reportaje publicado el 3 de diciembre de 2012.

“Los servicios de inteligencia tienen una abultada recopilación de informes recabados en México y en Estados Unidos, que señalan los posibles nexos de García Luna con miembros del narcotráfico. Por ejemplo, con los Beltrán Leyva, con Los Zetas y el Cártel del Golfo. Alguna de esta información data desde el sexenio de Fox”, declaró a Proceso un agente de la agencia antidrogas estadunidense (DEA) que mantuvo irrestricta la condición del anonimato.

“Si el gobierno de (Enrique) Peña Nieto toma la decisión de revisar y darle seguimiento a esa información de inteligencia sobre García Luna, es posible que con ella se aclaren algunas de las dudas y misterios que hay sobre la lucha contra el narcotráfico en el gobierno de Calderón”, acota.

–¿Por qué ahora que se termina el sexenio de Calderón las agencias de Estados Unidos hablan más abiertamente sobre García Luna? ¿Por qué no lo hicieron antes si ya tenían información de inteligencia importante sobre él? –se le pregunta a la fuente de la DEA.

–Por respeto a la institucionalidad mexicana y porque él era el contacto directo con Estados Unidos, asignado por el presidente mexicano. Sólo por eso.

–¿En Estados Unidos hay pruebas que pudieran implicar directamente a García Luna con el narcotráfico?

–Hay información detallada. El desarrollo de las investigaciones le corresponde a las autoridades federales mexicanas, si es que tienen la disposición de hacerlo y desarrollar una pesquisa –contesta.

Pero no es todo, Peña Nieto se mantuvo al margen y como a decenas de sus colaboradores, que a la fecha están pagando la factura de su impunidad –Rosario Robles se siente “el trofeo del combate a la corrupción” de su ex correligionario Andrés Manuel López Obrador, quien encontró la hebra que llegó a la “Estafa maestra”-. Peña Nieto protegió voluntaria o involuntariamente a García Luna.

Al retorno del PRI a Los Pinos, hubo un convenio con su antecesor, a quien le cubrió las espaldas al más puro estilo del PRI. Hubo personajes importantes del narco que señalaron a Calderón y a su protegido García Luna, de haberse involucrado en el crimen organizado, pero el sistema judicial mexicano también se hizo omiso, pues el aparato protegía a los integrantes del gabinete presidencial.

Édgar Valdez Villareal, La Barbie, en una carta publicada el 28 de noviembre en el periódico Reforma, asegura que García Luna estaba en la nómina de los grupos del narcotráfico desde hace 10 años. Además de García Luna, echó de cabeza a otros que se beneficiaron de la misma forma corrupta e involucró a Calderón en operaciones de cabildeo para negociar con los líderes de los cárteles.

“Me consta que ha recibido dinero de mí, del narcotráfico y de la delincuencia organizada, al igual que un grupo selecto integrado por Armando Espinosa de Benito, quien trabaja con la DEA y me pasaba información; Luis Cárdenas Palomino, Édgar Eusebio Millán Gómez, Francisco Javier Garza Palacios, Igor Labastida Calderón, Facundo Rosas Rosas, Ramón Eduardo Pequeño García y Gerardo Garay Cadena, quienes también forman parte y reciben dinero de la delincuencia organizada y de mí”, afirmó La Barbie.

Arrestado en agosto de 2010 por las autoridades federales, La Barbie acota que su detención fue consecuencia de la negativa que dio a la propuesta del expresidente Calderón de hacer un pacto con los grupos dedicados al tráfico de narcóticos. Y luego, el tiro de gracia:

“Mi detención fue el resultado de una persecución política por parte del C. Felipe Calderón Hinojosa, quien instauró un acosamiento en contra de mi persona por la razón de que el suscrito se negó a formar parte del acuerdo que el señor Calderón Hinojosa deseaba tener con todos los grupos de delincuencia organizada para lo cual él personalmente realizó varias juntas para tener pláticas con grupos de delincuencia organizada”, agregó La Barbie en la carta, que fue retomada en su totalidad por The Wall Street Journal.

A menos de tres meses de que concluyera el sexenio de Calderón, su hombre fuerte, García Luna, cayó de la gracia de Estados Unidos, por aquel viejo asunto del ataque a un vehículo diplomático. Fue en agosto de 2012, cuando elementos de la Policía Federal a su cargo atacaron en el poblado de Tres Marías, Morelos, una camioneta de agentes de la DEA que estaban al frente de una investigación para localizar casas de seguridad del cártel de los hermanos Beltrán Leyva.

El vehículo, con placas diplomáticas, era conducido por un efectivo de la Marina, que entonces trabajaba de forma estrecha con el gobierno de Estados Unidos en la cacería de narcotraficantes mexicanos. Guiados por un presunto delator, los agentes de la DEA y el marino fueron atacados por los elementos de la Policía Federal (PF). La entonces Secretaría de Seguridad Pública, bajo el mando de García Luna y responsable de la PF, justificó el ataque y dijo que los policías confundieron a los agentes de la DEA con secuestradores.

Los policías fueron encarcelados bajo la acusación de haber colaborado con esa organización delictiva, que se escindió del cártel de Sinaloa, que durante años tuvo como uno de sus dirigentes a Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. Sentenciado en julio pasado a cadena perpetua en Estados Unidos, ‘El Chapo’ Guzmán fue el hombre al que los gobiernos del PAN de Fox y Calderón no pudieron detener. Al primero se le escapó y el segundo nunca lo encontró.

Durante el juicio del ‘Chapo’ en Estados Unidos, Jesús ‘El Rey’ Zambada acusó a García Luna de haber recibido del cártel de Sinaloa tres millones de dólares en 2005 a cambio de protección e información sobre las organizaciones rivales. Fue el año en que se empezó a desbordar el narcotráfico en México. P.D. Ni Fox ni Calderón han salido en su defensa. La doble moral de los panistas.

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