CONTRAFILO
Por JOSÉ GARCÍA SEGURA
Con el disimulo de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) la industria panificadora en nuestro país oferta “pan de ayer” como si fuera pan caliente o del día, lo que significa ganancias millonarias para los productores, no así para los expendedores al detalle.
Lejos está esa industria de lo que cantábamos cuando niños: “Panadero, panadero ya está el pan/ ya está el pan/ dámelo caliente, dámelo caliente/Din don dan, din don dan”.
Con su mercancía “de ayer” como si fuera del día, convierten en letra muerta los postulados de la industria panificadora en América Latina, Estados Unidos y Canadá o en Europa donde sí separan una cosa de la otra.
Estudios recientes revelan que por esa y otras razones, la venta de pan dulce va a la baja y que el número de locatarios, con su horno en un espacio de 4 por 4 gana mercado.
Bueno, no solo el pan de dulce pierde la batalla.
También la torta, elaborada a partir de un bolillo o telera se ha quedado atrás ante las pizzas o las hamburguesas.
Estudios revelan que los mexicanos pobres gastan la cuarta parte de su dinero en pan y tortilla y otro tanto en la compra de alimentos varios.
Un impuesto especial, aprobado recientemente por el Congreso de la Unión elevó el precio de todo lo que contenga azúcar.
En México, el pan de batalla es el bolillo y la telera para las tortas preparadas, las “guajolotas” o tortas de tamal y, el pambazo.
“Por sabor, textura y olor” la concha, cuerno, corbata, bísquet y oreja; la dona, mantecada o panqué; el beso, ojo de pancha o de buey y, el cocol habían sido los de mayor consumo, solo que a falta de empleo y de ingreso, el panorama es otro.
Si el “pan de ayer” no se vende hoy, con el aval de Profeco ya se venderá mañana o después, al precio que el productor quiera.
Con su indiferencia, la Procuraduría Federal del Consumidor alienta la irregularidad en los estados de México, Michoacán, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Oaxaca, Sonora y la Ciudad de México.
El Pan Regional y la Rosca de Reyes se comen aparte.