La vigilancia policial y militar en torno de la embajada de México en Bolivia se reanudó este martes luego de que por momentos fuera relajada e incluso se ha tratado de obstaculizar el libre tránsito de diplomáticos, denunció la cancillería mexicana.
Por la mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador se había congratulado de que tras una protesta presentada el lunes por su gobierno “aminoró considerablemente” la vigilancia alrededor de la embajada mexicana, pero un par de horas después la misma fue reforzada.
“México denuncia el hostigamiento tanto a su embajada como a su residencia oficial (…). Actualmente existe un cerco policial que registra el movimiento de las personas que entran y salen de los recintos diplomáticos mexicanos”, señala un comunicado de la cancillería.
Según el texto, agentes bolivianos toman video y “han intentado detener el libre tránsito de la embajadora de México y del personal diplomático, mientras que oficiales motorizados siguen los desplazamientos de vehículos oficiales”.
La cancillería exige al gobierno boliviano respetar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas y “cesar la política de hostigamiento y amedrentamiento”.
En imágenes subidas a redes sociales por personal de la cancillería mexicana se observan hombres vestidos de militares al exterior de a embajada.
Tras la protesta del lunes, la canciller Karen Longaric aseguró que Bolivia es respetuoso “de las inmunidades diplomáticas” y que es “imposible” que la fuerza pública boliviana ingrese a instalaciones diplomáticas mexicanas.
El gobierno mexicano considera que esta situación es derivada de la crisis política que vive Bolivia tras la renuncia de Evo Morales a la presidencia luego ser acusado de buscar un nuevo mandato en una elecciones denunciadas como fraudulentas por la oposición.
La vigilancia alrededor de las sedes diplomáticas mexicanas se estrechó luego de que el 11 de noviembre Morales aceptara el asilo político que le ofreció México.
Morales llegó a México el 12 de noviembre, pero el 6 de diciembre dejó el país para una breve estancia en Cuba antes de asilarse en Argentina.
Una veintena de bolivianos cercanos a Morales, entre ellos dos exministros, se asilaron en la embajada mexicana. Algunos enfrentan órdenes de captura, pero la sede diplomática se niega a entregarlos.
En medio de las tensiones, México convocó a reuniones para enero de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en la que Bolivia ejerce la presidencia pro témpore.
El gobierno boliviano acusó a México de no consultarlo y el lunes amagó con dejar el bloque.