210 mil casos de coronavirus en el mundo y más muertos en Europa que en Asia

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CIUDAD DE MÉXICO.- Casi 210.000 personas están infectadas con coronavirus en el mundo y este miércoles Europa ya superó a Asia en el balance mortal de esta pandemia que ha transformado la vida diaria de millones de personas, obliga a confinarse en casa y ha dejado sin clase a la mitad de los estudiantes.

Italia, que ya superó a China como el foco de angustia mundial, anunció 475 muertos, hasta totalizar cerca de 3.000 defunciones. Nunca, desde que la epidemia empezó a expandirse en China en diciembre, un país había sufrido un número de muertos tan alto en una jornada.

El nuevo coronavirus o COVID-19 es “un enemigo de la humanidad” pero al mismo tiempo “una ocasión para unirnos”, alertó el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.

De acuerdo con información de la agencia AFP, todos los países deben “detectar, aislar y seguir la pista” de esta enfermedad, que es mucho más contagiosa que una gripe. Ninguna región está a salvo, y continentes como África deben “despertar”, indicó.

Europa ya registra 4.112 muertos, frente a los 3.384 de Asia. En todo el mundo, la pandemia ya mató a cerca de 9.000 personas y contagió a más de 209.500, según balances de la AFP a partir de cifras oficiales.

La cascada de medidas drásticas no cesa. Israel prohibió la entrada a los extranjeros y confinó los territorios palestinos, Perú decretó el toque de queda nocturno.

“Si la gente ayuda, podemos controlar [la situación], si no, cabe esperar que se prolongue más de dos meses”, advirtió el viceministro de Sanidad iraní, Alireza Raisi, cuyo país superó la barrera de 1.000 muertos (y más de 17.000 afectados).

El estadounidense Donald Trump, que según los sondeos minimizó la llegada de la epidemia al país, se declaró “presidente en tiempos de guerra” y anunció el cierre de la frontera con Canadá durante 30 días, y nuevas medidas económicas, en plena crisis de pánico de los mercados.

La Unesco apuntó que la mitad de los estudiantes del mundo, es decir más de 850 millones de niños y jóvenes, está sin clases en este momento debido a la pandemia, que ha cerrado escuelas y universidades en 102 países.

Las autoridades en países como Francia, España o Italia solo permiten salir a comprar alimentos o medicamentos, ir citas médicas, o a trabajar, si es imposible hacerlo desde casa, o a pasear brevemente a sus perros, convertidos en una especie de “salvoconducto” para salir de las casas.

Cualquier intento de burlar el confinamiento puede ser sancionado con una multa. Por ejemplo, en la ciudad española de Palencia, un hombre fue reprendido por la policía por pasear a un perrito de peluche.

Los controles policiales se incrementaban poco a poco en las calles de París en el segundo día de confinamiento, constató la AFP.

El gobierno francés tuvo al mismo tiempo que recordar a empresas y ciudadanos que el país no podía paralizarse totalmente y que los sectores esenciales de la economía tenían que seguir trabajando para proporcionar, por ejemplo, alimentos a la población.

En España, cuarto país a nivel mundial más afectado, con más de 13.700 casos confirmados y 598 fallecimientos por el virus, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, advirtió que “lo más duro está todavía por llegar”.

El gobierno británico acabó por pedir “poderes extraordinarios” al parlamento y cerró escuelas.

En América Latina, donde el virus llegó tarde pero avanza, con más de 1.300 contagios y 10 muertes, Chile, que registra unos 200 casos de contagio, decretó el “estado de catástrofe” y sacó a militares a las calles.

Además, Colombia y Bolivia anunciaron la emergencia sanitaria. En Argentina se paralizarán durante cinco días los vuelos domésticos, buses y trenes de larga distancia para evitar la circulación interna de turistas.

En Brasil, donde hay confirmados 290 contagios, el presidente Jair Bolsonaro, dijo que había una “cierta histeria” en las reacciones mundiales frente a la pandemia. Cuba anunció su primer caso.

Las bolsas vivieron otro día de pesadilla. Wall Street tuvo que cerrar las transacciones temporalmente, Sao Paulo perdió hasta un 10% en los intercambios. La libra esterlina sufrió su peor descalabro ante el dólar desde 1985, el petróleo cayó a su nivel más bajo en 20 años y las monedas latinoamericanas también batían récords a la baja, como el peso chileno.

Arabia Saudita pidió una cumbre extraordinaria “virtual” de los líderes de las 20 principales economías mundiales (G20) la semana que viene.

Además de la economía, otro efecto colateral de la pandemia son las anulaciones de múltiples eventos deportivos y culturales.

Este miércoles se canceló el festival de música de Glastonbury, en el Reino Unido, que iba a celebrarse en junio, y el festival de la canción de Eurovisión, previsto en mayo.

En el mundo del deporte, las miradas se orientan hacia el Comité Olímpico Internacional (COI), que no ha tomado aún una decisión sobre los Juegos de Tokio de julio.

China regresa a la vida

Mientras Europa sufre el momento más álgido de la epidemia, en China, kilómetro cero del nuevo coronavirus, lo peor parece haber quedado atrás y la vida regresa poco a poco.

Las autoridades sanitarias del país informaron el miércoles de solo un nuevo contagio local y 12 casos importados. Hace un mes, China tenía miles de contaminados por día. En total, el país registró 80.894 personas contagiadas, de las que 3.237 murieron y 69.601 sanaron totalmente.

“Durante la epidemia todo el mundo tenía mucho miedo. Ahora toca relajarse” explica Wang Huixian, una mujer china de 57 años que acudió a una clase de baile al aire libre en Pekín, donde la distancia entre participantes es de tres metros.

En Shangái, corazón económico de China, los cafés y algunas atracciones turísticas volvieron a abrir su puertas.

“Ahora todo va bien. No como en los países del extranjero, donde la gente asalta los supermercados”, decía el empresario, Zhang Min.

A miles de kilómetros de distancia, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, un empresario turístico palestino, Muni Abu Asab contaba las cancelaciones de clientes y vaticinaba: “esto es peor que una guerra”.