GINEBRA— La pandemia de COVID-19 pone de manifiesto la necesidad urgente de fortalecer el personal de salud a nivel mundial. Un nuevo informe titulado Situación de la enfermería en el mundo 2020 realiza un examen en profundidad del componente más numeroso del personal de salud. En sus conclusiones se revelan importantes deficiencias en el personal de enfermería y se señalan las esferas prioritarias de inversión en materia de formación, empleo y liderazgo para fortalecer el personal de enfermería en todo el mundo y mejorar la salud de todos.
El personal de enfermería representa más de la mitad del personal de salud que hay en el mundo, y presta servicios esenciales en el conjunto del sistema sanitario. A lo largo de la historia el personal de enfermería ha estado en primera línea de la lucha contra las epidemias y pandemias que amenazan la salud a nivel mundial, igual que sucede hoy. En todos los lugares del mundo están demostrando su compasión, valentía y coraje en la respuesta a la pandemia de COVID-19: nunca antes se había puesto más claramente de relieve su valía.
«Los profesionales de enfermería son la columna vertebral de cualquier sistema de salud. Hoy en día, muchos de ellos se encuentran en primera línea en la batalla contra la COVID-19», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Este informe constituye un claro recordatorio del papel insustituible que desempeñan y una llamada de atención para asegurar que reciben el apoyo que necesitan para salvaguardar la salud del mundo».
El informe, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en colaboración con el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) y la campaña Nursing Now, revela que el personal de enfermería cuenta actualmente con cerca de 28 millones de profesionales en todo el mundo. Las filas del personal de enfermería registraron un incremento de 4,7 millones entre 2013 y 2018. No obstante, la cifra actual sigue dejando un déficit mundial de 5,9 millones de profesionales, la mayoría en países de África, Asia Sudoriental y la Región del Mediterráneo Oriental de la OMS, así como en algunas partes de América Latina.
Resulta revelador el hecho de que más del 80% del personal de enfermería del mundo trabaje en países que albergan a la mitad de la población mundial. Y uno de cada ocho de estos profesionales ejerce en un país distinto al país en que nació o se formó. El envejecimiento también amenaza al personal de enfermería: se espera que uno de cada seis profesionales de la enfermería que hay en el mundo se jubile en los próximos 10 años.
Para evitar que se produzca una situación de escasez a escala mundial, en el informe se estima que los países que experimentan carencias deben aumentar el número total de graduados en enfermería a razón de un 8% anual de promedio, y mejorar sus opciones de obtener empleo y retenerlo en el sistema de salud. Todo ello tendría un costo de unos US$ 10 per cápita (el conjunto de la población) al año.
«Los políticos son conscientes del costo que supone formar y mantener una plantilla de profesionales de la enfermería, pero muchos de ellos solo reconocen ahora su verdadero valor», dijo la presidenta del Consejo Internacional de Enfermeras, Annette Kennedy. «Cada céntimo que se invierte en el personal de enfermería aumenta el bienestar de las personas y las familias de maneras muy claras y tangibles, que todo el mundo puede ver. Este informe destaca la contribución que realiza la profesión de la enfermería y confirma que invertir en ella supone un beneficio para la sociedad, no un costo. El mundo necesita incorporar a millones de profesionales de la enfermería, y hacemos un llamamiento a los gobiernos para que hagan lo correcto e inviertan en esta maravillosa profesión y observen cómo sus poblaciones se benefician del increíble trabajo que solo los profesionales de la enfermería pueden hacer».
Aproximadamente el 90 por ciento de todos los profesionales de la enfermería son mujeres, pese a lo cual hay pocas enfermeras ocupando puestos directivos en el sector de la salud. La gran mayoría de esos puestos están ocupados por hombres. Con todo, cuando en los países se permite que las enfermeras asuman una función directiva, por ejemplo estableciendo un puesto de funcionario jefe de los servicios públicos de enfermería (o equivalente) y programas de liderazgo para el personal de enfermería, las condiciones de este colectivo mejoran.
«En el informe se hace un llamamiento, debidamente respaldado por datos y estudios científicos que eran muy necesarios, al fortalecimiento del liderazgo en la enfermería y las funciones avanzadas de enfermería, así como a la formación del personal de enfermería para el futuro», señaló Lord Nigel Crisp, Copresidente de Nursing Now. «Las opciones de política recogen medidas que, en nuestra opinión, todos los países pueden adoptar en los diez próximos años para garantizar un número suficiente de profesionales de la enfermería y que los enfermeros y enfermeras aprovechan plenamente las competencias recibidas en su formación teórica y práctica y la ampliación de su ámbito profesional para mejorar la prestación de atención primaria de salud y responder a emergencias sanitarias como la COVID-19. Para ello debe iniciarse un amplio diálogo intersectorial que sitúe los datos científicos sobre la enfermería en el contexto del sistema de salud de los países, su personal sanitario y sus prioridades en materia de salud».
– Incrementar la financiación para formar y emplear más profesionales de la enfermería
– Fortalecer la capacidad de recopilar y analizar datos sobre el personal de enfermería y tomar las medidas conexas pertinentes
– Supervisar la movilidad y migración del personal de enfermería y gestionarlas con responsa-bilidad y de forma ética
– Ofrecer a los futuros profesionales de la enfermería formación teórica y práctica en las competencias científicas, tecnológicas y sociológicas que necesitan para avanzar en la atención primaria de salud
– Establecer puestos de liderazgo, en particular de funcionario jefe de los servicios públicos de enfermería, y apoyar el fomento del liderazgo entre los profesionales jóvenes de la enfermería
– Velar por que el personal de enfermería de los equipos de atención primaria de salud pueda llegar a desplegar todo su potencial, por ejemplo en la prevención y atención clínica de las enfermedades no transmisibles
– Mejorar las condiciones de trabajo, en particular mediante niveles seguros de dotación de personal, sueldos justos, y el respecto del derecho a la seguridad y salud en el puesto de trabajo
– Aplicar políticas en el personal de enfermería que tengan en cuenta los aspectos de género
– Modernizar la reglamentación profesional de la enfermería armonizando las normas de formación y del ejercicio de la enfermería, y utilizando sistemas que permitan reconocer y tramitar las credenciales del personal de enfermería en todo el mundo
– Fortalecer la función del personal de enfermería en los equipos de atención uniendo los diferentes sectores (salud, educación, inmigración, finanzas y trabajo) con las partes interesadas de la enfermería para un diálogo de políticas y la planificación de la fuerza de trabajo.
El mensaje del informe es inequívoco: Los gobiernos tienen que invertir en una aceleración mayúscula de la formación del personal de enfermería, la creación de empleos en el sector, y en el liderazgo. Sin los profesionales de la enfermería y la partería y otros profesionales de la salud, los países no pueden ganar la batalla contra los brotes, ni tampoco alcanzar la cobertura sanitaria universal ni los Objetivos de Desarrollo Sostenible.